No se equivocan quienes hablan de ella como 'La ambición rubia'. La energía y talento de Madonna no parece tener límites. No se conforma con seguir siendo la Reina del Pop cumplidos los 50. También quiere que su nombre sea recordado en la historia del cine y no sólo por sus trabajos como actriz. La diva se encuentra en la localidad francesa de Villefranche-sur-Mer rodando algunas de las escenas de su nueva película.
We, que así se titula, es el segundo proyecto cinematográfico que ha dirigido - el primero fue Filth and Wisdom. El rodaje la ha llevado primero a Londres, principal escenario de la historia amorosa del rey Eduardo VIII y la americana Wallis Simpson en 1936, centro del guión de la película. En ella se compara el episodio histórico con un romance actual ficticio, el de Wally Winthrop, una mujer fascinada por la intensidad del amor de la pareja, que acaba enamorándose también perdidamente de un guardia de seguridad ruso.
Y tras filmar en la capital del Támesis, ahora el nuevo destino de Madonna y su equipo es la Costa Azul. Allí hemos podido ver a la artista ataviada con grandes sombreros y gafas de sol, con un look muy diferente al que luce sobre el escenario. Esta vez ha apostado por la comodidad y apenas se ha separado de las claquetas, cámaras de fotos y todo tipo de material propio de cualquier buen director que se precie. Muy concentrada, enfocando mentalmente los encuadres y dando órdenes precisas a sus asistentes, parece que la cantante de la Isla bonita hubiese estado siempre tras las cámara en vez del microfóno.
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