Si alguno se pensaba que en la tercera jornada de Rock in Rio iba a corear los temas más conocidos de Hanna Montana se equivocaba. Poco o nada se vio del personaje Disney sobre el escenario de Arganda del Rey, en el que estaban convocados los más pequeños para disfrutar del día de la familia. Desde primeras horas de la tarde y bajo un sol de justicia –había que terminar pronto ya que el lunes era día de “cole”-, decenas de padres con sus hijos esperaban el plato fuerte de la velada: Miley Cyrus.
Antes El sueño de Morfeo, los ingleses McFly y Amy McDonald intentaban poner a punto las voces y los ánimos para lo que llegaría al final de la noche. Cerca de 36.000 personas, ni de lejos las 85.000 que el sábado movieron las caderas al ritmo de Shakira, les recibieron a los pies del mítico escenario. Gente y Ojos de cielo en la voz de Raquel del Rosario, el Born to run de Bruce Sprinsteen versionado por Amy McDonald y el pop punk de McFly sirvieron de aperitivo a la sorprendente aparición posterior.
Vestida con un body negro muy parecido al que Rihanna utilizó algunas horas antes, Miley Cyrus saltó a escena para tocar las canciones de su último lanzamiento Can’t be tamed. Nada se vio de la dulce e inocente Hanna Montana, engullida por la provocación y más adulta imagen de su alter ego, que asegura que, como toda artista, le ha llegado la hora de evolucionar. Subida a unos altísimos tacones y tras cambiarse de vestuario, Miley presentó a su compañero sorpresa: David Bisbal.
Inmerso en su gira veraniega, el almeriense hizo una visita relámpago al Escenario Mundo para acompañar a la americana en la canción When I look at you, que han grabado a dúo para la película La última canción, recién estrenada en España. A Bisbal y Miley les aplaudieron numerosos rostros conocidos que no se perdieron la cita. Jesús Ortiz, padre de la princesa Letizia, fue con su mujer Ana Togores, Fernando Verdasco, Belén Rueda, Genoveva Casanova, Ramón García y su mujer Patricia, Mónica Cruz y Dani Mateo pasaron allí la tarde.
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