El divorcio del futbolista Ashley Cole y su todavía esposa Cheryl parece ser un hecho consumado y es que se dice que la artista ha consultado su situación con Fiona Shackleton, la misma letrada que llevó la separación del príncipe Carlos de Inglaterra y Paul McCartney, aunque no se ha confirmado si ha contratado formalmente los servicios de su firma.
La reunión que la pareja había pactado en su casa de Surrey, que se celebró tras el regreso del deportista de una clínica francesa en la que se recuperaba de una lesión, no sirvió de nada. Él quería reconciliarse, pero ella sólo quería discutir la forma de repartir sus bienes matrimoniales. En cuanto Cheryl se dio cuenta de que su marido quería ganarse su perdón, dio por finalizado el encuentro, que apenas duró media hora.
Entonces él recogió algo de ropa y se marchó a casa de un amigo, dejando a Cheryl en la mansión en la que han vivido los momentos más felices de su vida en común. Un matrimonio que ha durado cuatro años y que se rompió hace tres semanas cuando la prensa sacó a la luz las infidelidades del jugador del Chelsea, lo que ha puesto en jaque incluso su continuidad en el equipo inglés –se especula con su llegada a un club español.
En medio de esta tormenta, se dice que el divorcio de la pareja podría ser rápido ya que no tienen hijos y no ha durado mucho. Ambos tienen, según detalla el Daily Mail, altos ingresos: Ashley gana casi siete millones de euros al año en su equipo y ella ingresa un millón trescientos mil euros por su trabajo como jurado en Factor X, más de 500.000 eurospor un contrato con la firma L’Oreal y varios millones más de su andadura con el grupo Girls Aloud. Su casa de Surrey se vendería para repartir el dinero, mientras que el jugador se quedaría con su piso del norte de Londres y el de Dubai, tal y como detalla el diario.
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