Tuvo que abandonar su casa, su tranquila vida en un pueblo y a su gato Pebbles, todo por la fama y por conseguir un sueño: convertirse en cantante. Sin embargo, en la vorágine del éxito, a Susan Boyle, que en ocasiones se ha visto desbordada por tanta atención, no le faltan apoyos. Unas recientes imágenes muestran quién es la persona más cercana a la estrella, la que le ayuda a mantener los pies en la tierra.
Su manager Andy Stevens está acostumbrado a lidiar con la presión que rodea a un artista de nivel, no en vano su protegido en un determinado momento fue George Michael. Él es quien reconforta y escucha, tal y como se puede apreciar en las fotografías antes mencionadas, a la escocesa: charló con ella mientras esperaban el avión en el aeropuerto de Niza, donde Susan se rió a carcajadas ante las ocurrencias que le contaba Andy.
Y es que a Susan le ha costado asimilar el convertirse en el punto de mira de miles de admiradores -ella misma ha asegurado que sufre un cierto retraso. Su comportamiento en algunas circunstancias ha sorprendido a la opinión pública por extravagante y a veces incluso alarmante: rompe a llorar en público, se pone a cantar en cualquier sitio, se desmayó en un aeropuerto… Tras su paso por el programa de televisión el que la descubrieron Got Talent ya tuvo que estar una temporada ingresada en una clínica, se dijo que por el cansancio y el estrés de esas semanas.
Ahora SuBo, como la llaman sus fans, lo tiene claro: no le tiene miedo a la fama y espera que su trayectoria como cantante no tenga fecha de caducidad. ¿Necesitará la ayuda de Andy Stevens para ello?