Premiados, actuaciones, modelos extravagantes… la 52ª entrega de los premios Grammy fue algo más que gramófonos cambiando de manos. Fue una noche llena de recuerdos, en presente y en pasado: las víctimas de Haití estuvieron en boca de numerosas estrellas que solicitaron una vez más la colaboración internacional, mientras que el nombre de Michael Jackson volvió a la memoria de los asistentes en un sentido homenaje y premio póstumo, siete meses después de su trágica muerte.
Nadie mejor para mostrar lo que el rey significó para la música y los fans que sus propios hijos y es que como ya hicieran en su funeral, los dos mayores, Prince Michael I y Paris, acompañados de algunos de sus primos, tomaron la palabra para hacer público su cariño. “A través de todas sus canciones, el mensaje de nuestro padre fue simple: amor. Continuaremos difundiendo su mensaje y su ayuda en el mundo” dijo Prince Michael, de 12 años.
Con la voz entrecortada por la emoción o tal vez por los nervios de hablar ante tanta gente, agradeció todo el apoyo que han recibido durante este tiempo: “Estamos orgullosos de aceptar este premio en nombre de nuestro padre. Queremos darle las gracias a Dios por cuidar de nosotros durante estos pasados siete meses y a nuestro abuelo y abuela por su amor y apoyo. Queremos además darles las gracias a los fans, nuestro padre os quería porque siempre estabais ahí para él”.
También Paris, de 11 años, quiso poner su granito de arena a este momento. “Gracias, te queremos papá” dijo la niña, vestida toda de negro y con los calcetines blancos que popularizó su padre, asomando por el bajo de sus pantalones. La música la pusieron las voces de Carrie Underwood, Celine Dion, Usher, Smokey Robinson y Jennifer Hudson, que se unieron en el tema Earth Song con el propio Michael gracias a las maravillas de la tecnología.