Aprovechando el estupendo clima de Miami, Jennifer López metió la toalla en una bolsa, se puso el bañador y se preparó para pasar un día tranquilo en la piscina con sus mellizos. Mientras se relajaba bajo la sombrilla, sin quitarse el pañuelo que llevaba en la cabeza ni las enormes gafas de sol, Max y Emme se lo pasaron en grande con sus juguetes.
Los mellizos, que están a punto de cumplir dos años, iban perfectamente equipados con sus biberones, una pelota y ropa ligera y se entretuvieron hasta que llegó la hora de la comida. Los camareros trajeron para Jennifer y sus acompañantes una enorme bandeja de carne y patatas fritas y algo de ensalada. A los pequeños, como a todos los niños, les encantan las patatas y no dudaron en coger un par con las manos para comérselas.
Siempre que su agenda se lo permite, Jennifer se escapa para pasar tiempo con sus niños y, si ella no puede abandonar su trabajo, son ellos los que la visitan. La cantante y actriz está loca por sus mellizos y recientemente aseguró que les encanta jugar con sus cosas, especialmente con su maquillaje: “Los dos juegan con él. Les gusta pintarse y ¡también a los demás!”.