Están a punto de cumplirse seis meses desde que ocurrió, pero aún no se conoce quién es el responsable de la muerte de Michael Jackson. Después de que el informe oficial de la autopsia señalara que la causa del fallecimiento fue una intoxicación del anestésico propofol en combinación con otros medicamentos, que se calificó como homicidio, se ha investigado quién tenía acceso a dichos compuestos. En el punto de mira sigue de momento un único sospechoso: el doctor Conrad Murray que estuvo con el cantante la noche de su muerte y que le administraba el potente anestésico para que pudiera conciliar el sueño.
Sin embargo, fuentes de la investigación han asegurado que no será hasta el año que viene cuando se tome la decisión de iniciar un proceso legal. En el diario Los Angeles Times se indica que la policía, dado el volumen de pruebas y evidencias, incluidos datos médicos, que hay que revisar, tardará aún meses en alcanzar una conclusión. Mientras el doctor Murray, que ha reanudado la práctica de la medicina, insiste en que aunque le administró la medicina, que adquirió en una farmacia de Las Vegas, su actuación fue correcta.
En su declaración dijo además que el rey del pop tenía una adicción a los sedantes y que él había intentado ayudarle. Unas palabras que la familia Jackson no acepta ya que le consideran responsable de lo ocurrido. “Él mató a mi hermano y eso fue un error", señaló La Toya Jackson recientemente. Lo cierto es que, por motivos más o menos triviales, el nombre del rey no abandona los titulares: se acaban de pagar 235.000 euros por el guante blanco que lució el día que bailó por primera vez Moonwalk y se ha lanzado un perfume elaborado a partir de su ADN.