Han pasado cinco meses desde que Antonio Vega, dijo adiós a causa de un cáncer de pulmón. Últimamente tocaba más que nunca, y aunque su salud le empezaba a pasar factura, algunos recuerdan el concierto que dio en Barcelona, unos meses antes de fallecer, como el mejor concierto que Antonio había dado. Su pianista y amigo Basilio Martí, recordó que esa noche, Antonio estaba tocado por la magia. Aunque no era la primera vez que eso pasaba.
Hace alrededor de cinco años, Antonio comenzó un proyecto para escribir sus memorias, un libro que preparó junto a su amigo y autor, Juan Bosco. El desenlace de Antonio, no le permitirá disfrutar de este trozo de él, lleno de secretos, soledades e intimidades de este músico, que siempre trató su condición de artista, desde la humildad y la sencillez que definen a los verdaderamente genios.
Más de 100 horas de conversaciones grabadas, tardes y noches donde Antonio desvelaba sus recuerdos de infancia, sus aficiones, sus miedos, sus pasiones y debilidades, desde la sinceridad y la confianza, que él mismo transmitía a todo aquel que le rodeaba.
Uno de los mejores aspectos de la biografía, es que la gente por fin conocerá al verdadero Antonio Vega, no a ese ‘chico triste y solitario’, como decía el título del disco homenaje que le sacaron en Sony. Antonio, no era una persona triste, al contrario, siempre intentaba buscar el lado cómico de las cosas y te arrastraba a una carcajada en cuanto tenía oportunidad. Solitario, a veces, cuando él mismo lo buscaba. Antonio reconoce en el libro, de que forma utilizaba él la soledad, siempre fue un tremendo observador de su alrededor. Se fijaba en todo y para crear, un autor busca la soledad, pero Antonio, en cuanto podía, se rodeaba de sus amigos para disfrutar con ellos de una conversación, o para contarte su último descubrimiento, o para enseñarte la última guitarra que se había comprado. Era un entusiasta nato.
Y quizás fue ese entusiasmo el que le llevó a vivir de la manera que él eligió.
‘Mis Cuatro Estaciones’ se acerca al Antonio Vega más desconocido y al mismo tiempo más real. La familia de Antonio, sus amigos más íntimos y su banda, han ayudado a terminar esta obra que tantas ganas tenía de ver terminada él mismo. Fotos nunca vistas, anécdotas, relatos y manuscritos de Antonio, llenan las páginas de este libro, escrito desde la admiración, el respeto y ante todo, manteniendo intacta la memoria de este autor, que fue probablemente el compositor más respetado entre sus colegas de profesión.
Esperemos que con este libro, se mantenga en cierto modo, viva, la magia y precisión de este gran personaje.