A Amy la inspiración le llegó en Santa Lucía, una isla caribeña que se convirtió en su refugio durante los meses en los que decidió rehabilitarse de su adicción a las drogas. Su familia asegura que ha conseguido dejar atrás buena parte de sus malos hábitos, aunque no faltan de vez en cuando las informaciones que la relacionan con escandalosos excesos.
Lo cierto es que la británica quiere volver con fuerza y por eso ha decidido, según varios medios, mejorar incluso su imagen. Con el fin de recuperar el saludable aspecto que tenía cuando comenzó su carrera, Amy se ha operado el busto, luciendo así una figura más voluptuosa. La extrema pérdida de peso de los últimos años le había pasado factura, razón por la que habría decidido someterse a esta intervención. El estreno de esta nueva Amy fue en el programa Strictly come dancing, donde hizo los coros a Dionne Bromfield, su ahijada musical que con sólo 13 años acaba de estrenar trabajo.