Un estreno de cine es la excusa perfecta para reunir a la familia sobre la alfombra roja. Así ocurrió en la presentación de la última película de Mariah Carey, Precious, en la que comparte cartel con otro músico Lenny Kravitz. En la cinta, Mariah esconde su habitual look glamouroso para meterse en la piel de una asistente social en una dramática historia que ha cosechado muy buenas críticas. “Si hubiera aparecido como lo hago en la vida real habría ido totalmente en contra del espíritu de la película” comentó en una ocasión.
Sin embargo si algo no faltó en la premiere de Nueva York fue precisamente glamour. La diva marcó curvas con un ajustado y escotado vestido negro, mientras le hacía carantoñas a su marido Nick Cannon, su inseparable acompañante en este tipo de eventos. La pareja, cuya precipitada boda sorprendió a muchos, se muestra cada día más unida, tanto que están pensando ya en aumentar la familia, como han explicado recientemente.
Igualmente cariñoso se mostró Lenny Kravitz con su pareja esa noche: su hija Zoe. Fiel a su estilo, el intérprete, sin despegarse de sus gafas oscuras, desfiló ante las cámaras con su hija de 21 años, fruto de su relación con Lisa Bonet, que también se está abriendo poco a poco un hueco en la gran pantalla (ha participado en The brave one, con Jodie Foster y Sin reserva, con Catherine Zeta-Jones.
Esta es la segunda incursión en el cine de Carey, cuya primera cinta Glitter no alcanzó el éxito esperado, ni de taquilla ni de crítica. Este otoño la artista tendrá que compaginar esta promoción con la de su nuevo disco, que acaba de salir al mercado, Memorias de un ángel imperfecto. Por su parte, Kravitz continúa con su gira de conciertos por Estados Unidos.