Así lo revela el informe del forense donde figura que se hallaron restos del anestésico propofol en la sangre del "rey del pop". Tras darse a conocer estos resultados, todo apunta a que el doctor Murray, médico personal de Michael Jackson, podría ser acusado de homicido involuntario. Aunque desde un primer momento se habló de este medicamento como posible causa de su fallecimiento, ha habido que esperar dos meses para certificar lo que la familia y las fuentes de la investigación vislumbraban. Se trata de la primera información oficial que se hace pública respecto a los resultados de las pruebas de la autopsia de Jackson.
Murray admitió a las autoridades que empezó a tratar a Jackson de su insomnio con propofol seis semanas antes de su muerte. Le inyectaba por vía intravenosa cada noche 50 miligramos del anestésico, pero según su testimonio, intentó reducir las dosis y hasta eliminarlas por completo, supuestamente temeroso de que su paciente estuviera desarrollando una adicción. Varios días antes de su muerte, Murray redujo a 25 miligramos las dosis, intentando lograr el mismo efecto somnífero con otros dos sedantes: lorazepam y midazolam.
Así fueron las últimas horas del 'rey del pop'
La noche previa a su muerte, a la 1.30 de la madrugada, Murray le administró un válium para ayudarle a dormir. Media hora más tarde, al no hacerle efecto, le inyectó en vena lorazepam. Fue también inútil. El médico prosiguió sus intentos de que Jackson durmiera y a las 3 de la madrugada le puso una inyección de midazolam. A las 10:30 de la mañana, y ante las reiteradas peticiones de Jackson por seguir durmiendo, Murray le inyectó 25 miligramos de propofol. El artista se quedó dormido y el médico asegura que simplemente se ausentó dos minutos para ir al servicio. Al volver a la habitación, comprobó que Jackson no respiraba e intento reanimarle sin éxito. El cantante fue trasladado al hospital al UCLA Medical Center de Los Ángeles, donde se certificó su muerte.