El festival de cine de Cannes no sólo ha recibido estos días a numerosas estrellas de la gran pantalla. Por las calles de la ciudad francesa se han paseado diseñadores, cantantes y personalidades relevantes del panorama social que han aportado su granito de arena al glamour de esta cita. Este fin de semana Cannes echó el telón hasta el año que viene, una ocasión que aprovechó Kylie Minogue para poner su particular broche de oro.

La artista tuvo unos días de lo más ajetreados en los que lució palmito y demostró sus habilidades camaleónicas con los atrevidos modelos que guarda en su armario. Su primera parada fue una fiesta organizada por la firma de moda Dolce & Gabbana en la que sorprendió con un mini vestido rosa brillante, medias de rejilla y zapatos de altísimo tacón. Para descansar antes de la próxima cita de su agenda, Kylie almorzó en una de las terrazas cercanas al mar de la zona donde seguramente probó la cocina francesa más típica.

Horas después volvió a cambiarse de ropa por una buena causa: la australiana se subió al escenario en un concierto benéfico organizado por la fundación Miracle Africa Internacional. Primero con una máscara estilo a la que llevaba el protagonista del musical El fantasma de la ópera y después con un bodie negro brillante y un sombrero de copa, la artista recorrió con su voz los temas más conocidos de su repertorio. Entre los que bailaron al ritmo de su música, se pudo ver entre otras caras conocidas a James Blunt y Hayden Panettiere.

Será en otoño cuando sus fans americanos disfruten de ella ya que tiene planeada una gira de conciertos que recorrerá ciudades como Los Ángeles, Las Vegas y Nueva York. Se dice que en este tour podría acompañarla su novio, el modelo catalán Andrés Velencoso, que no querría dejarla sola ni un momento dado lo bien que les va juntos.