Son ya 41 los años que España se ha resignado a no ganar el Festival de Eurovisión. Soraya, nuestra representante en esta edición, llegó la semana pasada a Moscú con fuerzas y ganas de convencer a todos los países de que votaran por su espectacular actuación.
Sin embargo, la extremeña no tuvo suerte con el tema La noche es para mí y tuvo que conformarse con la penúltima posición, tras conseguir un total de 23 puntos, procedentes de Andorra, Portugal, Suiza y Grecia. No obstante, quedó empatada con el lituano Sasha Son.
Ni siquiera una llamativa puesta en escena con bailarines, fuegos artificiales y truco de magia incluidos, lograron conquistrar al jurado y al resto de países. La cantante española, que fue la última en actuar, lució un sugerente vestido de falda drapeada en violeta y cuerpo semitransparente con inscrustraciones de piedras de colores.
A pesar de todo, Soraya ha disfrutado de esta experiencia y al término del festival decía: "Me siento tranquila porque hemos hecho un buen trabajo, y también muy satisfecha de cómo ha salido la actuación. Me quedo con la experiencia que he vivido, los grandes amigos que he hecho y estoy feliz porque ahora se me conoce en Europa".
La apuesta de Soraya
El cantante noruego de origen bielorruso Alexander Rybak, de 23 años, ganó el festival con la canción Fairytale, que recibió 387 puntos. "Ahora Noruega está realmente en el mapa", declaraba orgulloso el joven. Fue la misma Soraya en algunas de sus entrevistas previas a Eurovisión quien apuntó la posibilidad de que el noruego se proclamara vencedor.
Y es que al parecer, talento no le falta. Él mismo compone su música y dijo que su canción se basaba en un cuento de hadas tradicional de Noruega, pero con un toque moderno. Por detrás de él quedaron los representantes de Islandia, Yohanna, (218 puntos), de Azerbaiyán, AySel & Arash (207), de Turquía, Hadise (177) y de Reino Unido, Jade Ewen (173).