Bajo el nombre de Pink se esconde Alecia Moore, una cantante que decidió teñir sus cabellos de rosa y sorprender en los escenarios del mundo entero por su música y su original manera de interpretar la moda. Sin embargo, cuando ya nos tenía acostumbrados a su pelo, Pink decidió transformarlo en rubio platino para el día «más rosa» de su vida: el de su boda con Carey Hart, el motorista que conquistó definitivamente su corazón hace más de cuatro años. La pareja, a la que nadie definiría de convencional, se ha casado en una playa del «resort» Four Seasons, en Costa Rica, mezclando lo clásico con su particular y moderna concepción del mundo. Vestido largo y blanco, sí, pero con un diseño de lo más original y un «tocado» en negro a juego con un lazo que rompía la blancura del diseño; flores, sí, pero en ramos con formas imposibles y el rosa como toque final; el «sí,quiero», cómo no, pero descalzos en la playa y con sus propios votos.
Pink le escribió sus promesas de amor a Carey y él le correspondió. La cantante, al atardecer (porque al atardecer fue la boda), dijo en voz alta a los cerca de cien invitados al enlace (entre los que se encontraba Lisa Marie Presley, una muy buena amiga de Pink): «Carey, te amo porque permití que tomaras mi corazón y no me lo has roto». Cuando los rayos de sol perdían fuerza (la noche se acercaba) la pareja se intercambió los anillos, que, por cierto, habían sido diseñados por un buen amigo de la pareja, Stephen Webster. Al parecer, los novios habían pedido a Stephen que les diseñara unos anillos «modernos y diferentes». Pero ya se sabe que para el amor no cuenta ni lo moderno ni lo antiguo. Sólo amor. Así es que en los anillos, de platino con diamantes, se podía leer una sencilla leyenda: «Hasta la muerte».
Pero una pareja tan poco convencional tenía que tener alguna nota diferente en su enlace y posterior luna de miel. Quizá,el hecho de haber elegido a sus cuatro perros como compañeros inseparables en los días posteriores a su boda