Dior presenta sus propuestas para otoño-invierno 2011-2012 sin la presencia de John Galliano

John Galliano podría pasar seis meses en prisión y tener que pagar unos 22.000 euros de multa por sus supuestos comentarios ofensivos antisemitas y racistas de hacerse firmes las acusaciones (se prevé que el fallo tenga lugar entre abril y junio) que se le imputan tras los hechos acontecidos hace unos días en un café de París. De momento, y como ya todo el mundo sabe, el gibraltareño ha perdido su puesto como diseñador de la casa Christian Dior, sobre todo tras la difusión de un vídeo en el que también mostraba su lado menos amable. Un vacío ocupado por un gran interrogante, pues son muchos los posibles candidatos que se barajan para sustituirlo, pero, de momento, no se ha confirmado ningún nombre.

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No obstante, la vida en la casa Dior continúa. Y hoy, con una expectación extra por tales incidentes, la firma francesa ha presentado sus propuestas para otoño-invierno 2011-2012, aunque, claro está, sin John Galliano al final recogiendo la ovación del público.
Justo antes del comienzo de la presentación, aparecía en escena Sydney Toledano, director ejecutivo de Dior, que leía unas palabras en las que se refería a la polémica que ha salpicado a la firma en los últimos días afirmando que se trata de "momentos muy tristes para la casa" y tachando de "intolerables e inaceptables" los comentarios racistas vertidos por Galliano, y que le han llevado a ser denunciado por la fiscalía de París. En el mismo discurso, añadía que "los valores de la casa Dior se fundamentan en tres cosas: 'savoir faire', las manos artesanales de sus costureros y el respeto. Por tanto, este desfile es un homenaje a los costureros que han hecho esta colección". Y así ha sido: tras el 'show', compuesto por 62 'looks', encabezado por la modelo Karlie Kloss (imagen de las últimas colecciones de la firma) y que ha destacado por no seguir una temática global, los encargados de salir a saludar a los asistentes han sido alrededor de 20 costureros de la casa que, ataviados con sus batas blancas de trabajo, despertaban el aplauso del público.