La pasarela madrileña continúa incansable mostrando las tendencias que vestirán a la mujer la próxima primavera-verano de 2007. Esta vez le ha tocado el turno a Javier Larrainzar, que propone unos diseños cuyo denominador común es, sobre todo, ensalzar el lado más femenino de la mujer.
La colección del diseñador madrileño articula propuestas para los diferentes momentos del día, que son los que marcan la elección del material utilizado. Así, para las mañanas el modisto opta por tejidos frescos, como los linos, el voile de algodón o la batista de seda, y una gama cromática de suaves tonalidades pastel. Para las tardes, sin embargo, los tejidos se hacen más sofisticados y los vestidos, shorts o minis adquieren una textura más elaborada a base de sedas, mezclas de punto y lúrex, así como por la introducción de calados y encajes.
Y cuando llega la noche, la mujer de Larrainzar opta por elegantes y vaporosos vestidos estampados, preferiblemente largos. La colección, inspirada según el propio diseñador en el dolce far niente italiano, respira, efectivamente, hedonismo y un cierto regusto por la luminosidad mediterránea.