Cuando aún tenemos fresco en la memoria el prematuro adiós definitivo de uno de los últimos genios que ha dado el mundo de la moda, Alexander McQueen, París (que estos días está celebrando su semana de la moda) resucita durante los próximos meses la personalidad y la obra del que ha sido, es y será parte fundamental de la historia de la moda: Yves Saint Laurent, que falleció hace ahora dos años. Y nada mejor que hacerlo que a través de una magnífica exposición que se inaugurará el próximo jueves en el incomparable marco del Petit Palais de la capital del Sena.
Auspiciada por la primera dama de Francia, Carla Bruni (a la sazón ex top-model y una de las musas del diseñador de origen argelino), esta exhibición es una maravillosa oportunidad de ver de nuevo (hay que recordar que la primera retrospectiva tuvo lugar en Nueva York en el año 1983) lo que ha sido la aportación de este genio a la costura. Pierre Bergé, socio y pareja de Yves Saint Laurent, ha sido el encargado de presentar a los medios de comunicación esta retrospectiva del diseñador que podrá verse en París hasta el 29 de agosto.
A través de sus diseños (se exponen más de 300), vídeos, documentos escritos y fotografías se recrea la trayectoria de este diseñador: desde que comenzara de la mano de Christian Dior, al que sustituye en la firma tras su muerte en 1957, hasta su despedida de las pasarelas, ocurrida en enero de 2002. Nada más y nada menos que cuarenta años dedicados en cuerpo y alma a su gran pasión, la moda, que revolucionó al aportar una innovadora visión con clásicos como la sahariana, el esmoquin femenino, la blusa transparente, el mono (‘jumpsuit’), el short... todos ellos elementos que anunciaron la ruptura con el típico modelo de mujer de la posguerra para mostrarnos a una nueva mujer, más independiente y de gustos vanguardistas.