En 1983 inició su andadura profesional de la mano del diseñador Juan Rufete, en cuyo taller colaboró hasta que, un año más tarde, se decidió a crear su primera colección de hombre.
Tras ésta, vendría la ropa de mujer y, ya en 1986, debutaba en el Salón Cibeles con sonado éxito.
Angel Schlesser, con sus 42 años de edad y una carrera consolidada, se plantea un reto: la internacionalización de la moda española. En su opinión, a la moda nacional le falta "tradición, historia, saber hacer, industria y marketing" y, para subsanar estos defectos, Schlesser plantea el intercambio de ideas y la puesta en común de conocimientos.
Es el suyo un estilo sobrio y sofisticado. Le gusta la ropa muy femenina, sin que por ello deje de ser cómoda y funcional, y emplea unos tejidos de excelente calidad.
Su mujer es elegante, sencilla y con clase, capaz de lucir con gracia y glamour los trajes de chaqueta, abrigos con cinturón o faldas tubo que Schlesser proyecta en sus bocetos.