París también pone sus ojos en la hazaña de Yosemite
La 'fashion week' de París recupera en dos de sus colecciones referencias a la escalada, además de capas, faldas para hombre y geometrías
Las geometrías parecen haber sido una constante entre las tendencias de cara al próximo invierno vistas en Milán y París: la matemática aplicada a las prendas de vestir adquiere una nueva dimensión en la colección presentada ayer por Junichi Abe para Kolor, que se vale de estas fórmulas para crear ornamentos más funcionales, además de imprimir caracter a la raya horizontal (otro must en esta edición de la pasarela de hombre parisina), recuperando la que de momento está siendo la prenda estrella de la fashion week: la capa masculina.
Una prenda, la capa, que también hemos visto en la nueva colección de Issey Miyake, una de las sorpresas de la jornada de ayer gracias al fantástico uso de los detalles gráficos que Yusuke Takashi ha creado para la temporada otoño-invierno 2015-2016 de la firma. En su caso, es la maxibufanda la que gana relevancia, ceñida a la cintura y envolviendo la silueta del hombre, sin perder la definición de la anatomía masculina. Destaca especialmente la paleta de colores, anclada en los neutros estacionales pero con cálidos destellos púpura y rubí, además del corte de algunos pantalones, tipo harem pinzados, los acabados con efecto brocado y las prendas con brillo y detalles en ondas.
La hazaña de los dos escaladores de El Capitán, en el parque de Yosemite, en California, ha vuelto a hacerse eco en una fashion week, después de colarse en la recta final de la Semana de la Moda Masculina de Milán durante el celebrado desfile de Dirk Bikkembergs. En esta ocasión, es Phillip Lim quien recurre a la escalada como toma de contacto con su colección otoño-invierno 2015-2016, con gruesas cuerdas y nudos reconvertidos en estampados, enhebrando complejos entramados en forma de prendas interiores, chalecos o a modo de ornamento sobre las piezas de outwear. Destacan especialmente los anclajes reconvertidos en cinturones, las cinchas y las mochilas.
Entre las colecciones destacadas, imposible no mencionar a Rick Owens, que lleva varias temporadas convirtiéndose en una de las voces más sonoras de la pasarela de París, tanto un su versión femenina como en la de hombre. El diseñador suele presentar colecciones gemelas, con prendas casi intercambiables para ellos y ellas, lo que permite al desfile masculino (que se celebra más de un mes antes que el femenino en el caso de las colecciones de invierno, y dos meses antes en las de verano), ejercer de avanzadilla a ese particular ejército de tendencias imaginado por el diseñador. Convertido en uno de los grandes favoritos de París, la nueva colección de Owens plantea sus prendas de hombre bocarriba, deconstruyendo una a una cada pieza, e investigando las diferentes posibilidades de cuellos y mangas llevados al revés.
La segunda sorpresa del día la daba ayer Louis Vuitton, con una colección inspirada por el trabajo creativo del artista británico Christopher Nemeth, recuperando un motivo similar al visto en las prendas de Phillip Lim (nudos y cuerdas ornamentales), pero desde una perspectiva diferente, huyendo de las comparativas con el deporte de aventura, y bordeando el lado más artístico e inspirado presentado en pasarela por la firma desde hace años.La maison, además, lleva tiempo haciendo patente su intención de volver a sus raíces, convirtiendo sus piezas de viaje originales en objetos cada vez más manejables y ponibles, como bolsos para hombre, fundas, riñoneras o bandoleras cruzadas, tanto con efecto damero como con el logo de la casa.