Robert Pattinson lució 'pelazo' hace sólo unos días en el Festival de Cine de Toronto
Hace unos días, Robert Pattinson se paseaba por la alfombra roja del Festival de Cine de Toronto luciendo una lustrosa melena castaña. El actor, que en ocasiones anteriores ha destacado no tanto por un cuidadoso grooming sino más bien al contrario, un estilo cercano al grunge de los años 90, puede presumir de pelo sano: flexible, brillante y ligeramente ondulado, sin necesidad de abusar de los productos de fijación.
Simon Baker (45) yJohn Kortajarena (29), también pueden presumir de cabello
Estos productos, junto con el champú, a menudo incorporan en su composición alcoholes, sulfatos (un tipo de detergente pensado para disolver la grasa del pelo) y polímeros sintéticos, como siliconas y otros plásticos, que reflejan la luz imitando el aspecto del pelo sano, pero dañando la queratina natural del cabello en el proceso. Es precisamente este tipo de rutinas, las que se alejan de lo sintético y se acercan más a un cuidado natural del pelo, las que permiten lucir 'pelazo' a cualquier edad: frente a los 28 años de Robert Pattinson, encontramos los casi 30 de Jon Kortajarena, los 45 de Simon Baker o los 52 de John Slattery, todos ellos con un cabello digno de catálogo.
El control de daños sobre los efectos de los productos de styling en el pelo es una de las reglas de oro para lucir un pelo de veinteañero a cualquier edad: basta con echar un vistazo a la etiqueta para saber un poquito más sobre las distintas formulaciones y sus compuestos, y predecir sus efectos en el cabello. Un producto con base de cera o aceites naturales, por ejemplo, es menos dañino que la silicona, pero requiere de más lavados para desprenderse de forma eficaz. La solución: no abusar y buscar productos con base al agua, que se disuelvan con facilidad durante el lavado.
La estrella de 'Mad Men', John Slattery, luce abundante pelo cano a sus 52 años
Más consejos: olvida los productos dos en uno, como los combinados entre body gel y champú, o la fórmula champú+acondicionador, un clásico de los productos para el cuidado masculino. Estas fórmulas son útiles para salir del paso, o ganar algo de espacio en la maleta, pero hacen pocos favores al pelo, que por norma suele requirir de un tratamiento específico dependiendo de si la raíz es grasa, si hay o no caspa, si nos han salido canas, o si el pelo es fino y comienza a caerse. Consulta con un especialista a la hora de elegir el tratamiento más adecuado, y busca los productos de uso diario en las estanterías de la farmacia antes que en las del supermercado.
A la hora de lavarlo, es importante no abusar del champú ni en la aplicación del mismo (una cantidad del tamaño de una avellana suele ser suficiente: recuerda que la espuma no es sinónimo de que el pelo esté más limpio, sino de la cantidad de detergente de la fórmula), ni en la asiduidad, reduciendo los lavados semanales y evitando someter al cabello al uso de champú de forma diaria. El acondicionador tampoco es necesario en todos los casos: al aplicarse únicamente en las puntas, no es recomendable en cabellos muy cortos, ya que tiende a engrasar las raíces. Ten cuidado también al secarlo, sin abusar de la toalla; aunque parezca que le estamos haciendo un favor al pelo secándolo más rápido, en realidad lo estamos rompiendo. Procura emplear el secador exclusivamente durante el peinado, evitando utilizarlo en la máxima potencia.
En lo que respecta al corte, la importancia del mismo no reside tanto en la forma que le demos al pelo, como la asiduidad, fundamental para evitar puntas abiertas. La media más habitual es la de un corte cada cinco o seis semanas, que permita al cabello renovarse y lucir en perfecto estado. La recomendación más importante: mantener un estilo de vida saludable. Un pelo sano suele ir de la mano de unos hábitos de vida igual de sanos. Hacer ejercicio de manera regular, mantener los niveles de estrés bajo control y una dieta equilibrada, ayudan a nutrir el pelo desde dentro, y exprimir todo su potencial.