Tradición. El recorrido de cincuenta años de la empresa familiar, Balta. Un taller de León, donde trabaja la piel y en el que comienza a formarse. Visión. Aprendizaje. La referencia inequívoca de la madre, Conchita Baquedano, pionera en el sector. Artesanía. Respeto. Detalle. Luego, el viaje del joven, fascinado por la transformación de la piel: Marangoni, Saga, Canadá. Estudia en las mejores escuelas. Regresa. Sus manos de nuevo en la mesa del taller. Patrones. Vocación y estilo propios. Santiago del Palacio. Exploración. La piel es un material en tres dimensiones. Indagación en torno a las formas. Bocetos. Pruebas. Dibujos a carboncillo: versatilidad de la piel, movimiento de las líneas del cuerpo. La lupa con la que explora las mejores pieles y acabados. Curiosidad pura, sin fronteras. Investiga incesantemente las nuevas técnicas de trabajo de la piel y las interpreta al servicio de los materiales: suavizados, tintados. Enriquece la tradición peletera española. Crea. Innova.