Trucos de armario: Cómo vestir si... eres muy delgado
¿Conoces la diferencia entre ‘skinny’ y ‘slim-fit’?
Ausencia de músculo, hombros estrechos, pecho tirando a liso, piernas largas y delgadas… ¿Te suena? Ni comer una dieta alta en calorías, ni horas y horas en el gimnasio: si tu silueta es del tipo conocido como ‘ectomorfico’, es más que probable que tu metabolismo ‘destruya’ todos tus esfuerzos por ganar volumen, quemando las grasas que consumas más rápido de lo normal. Las cuestiones ‘de peso’ no siempre están ligadas a los kilos de más, y a veces la naturaleza nos regala una constitución que, aunque parezca algo menos masculina, puede resultar igualmente atractiva entre el bando femenino, siempre y cuando contemos con el aura de confianza necesaria, y unos cuantos trucos en la manga para sacarnos el mejor partido posible.
Lo primero de todo: no desesperar. Vale que todos soñamos con unos músculos de impresión y una figura de gladiador, pero la genética a veces juega en nuestra contra, y es mejor dejarse llevar que intentar luchar contra lo que está escrito. Y la principal ventaja de contar con una complexión estilizada es… que está de moda. No hay más que echar un vistazo a los escaparates de las tiendas para ver que están plagados de maniquíes y etiquetas en los que el slim fit o skinny type son casi la única opción. Desde las colecciones de las grandes firmas hasta las cadenas multimarca o las tiendas low-cost, como Zara, H&M o Topman, todas cuentan con chaquetas ajustadas, pantalones pitillo y camisetas estrechas, que sentarán a la perfección a los hombres con algunos kilos de menos.
Claro que, ¿cuál es la etiqueta adecuada? Si realmente eres muy, muy delgado, las prendas tipo skinny o con composición elástica, pueden crear el efecto contrario al deseado, al ir demasiado pegadas al cuerpo, resaltando por tanto tus puntos ‘flacos’. Si este es tu caso, apuesta siempre por el slim fit (es decir, prendas estrechas pero no ajustadas), que te permita libertad de movimientos. En lo que respecta a las camisetas, al contrario que en las tallas XL, el look navy con raya horizontal y los estampados de tamaño medio son un punto a favor, ya que engañan a la vista, generando la impresión de que el pecho es más ancho. Además, este tipo de siluetas se benefician de algo que la mayoría no pueden: los colores claros (¿quién no ha oído hablar de que el negro ‘adelgaza’?) y los contrastes son un ‘si’ indispensable en nuestro armario.
Las prendas clave para este tipo de siluetas: las chaquetas con doble solapa, a poder ser confeccionadas por un sastre para que los hombros encajen bien y el bajo no ‘cuelgue’, las camisetas de cuello redondo (el de pico acentúa los rasgos de la cara más sobresalientes, como la nariz o los pómulos), los jerséis de cuello vuelto (otra rareza de armario exclusiva sólo para chicos delgaditos), y los abrigos tres cuartos, cortados a medio muslo o como mucho la rodilla. Además, este tipo de complexiones permite experimentar con mayor variedad de cortes, tejidos y estampados, conocidos por ‘añadir’ kilos, como el tweed, la lana gruesa o la pana.
¿Cómo te sacas partido frente al espejo?