No sólo ellas viven por y para las pasarelas: los chicos también tiene su corazoncito trendy, y es por eso que, cada mes de junio, París y Milán se conviertan en verdaderos escaparates para las principales tendencias masculinas de cara a la siguiente primavera-verano. En concreto, la muestra italiana, que estos días ha invadido la capital de la moda con las propuestas de las firmas para hombre más chic, echaba ayer el cierre, dejando tras de sí un pequeño avance de la moda que nos espera para el próximo 2011.
Para ir abriendo boca, los colores: la combinación negro-sobre-blanco dejará de tener sentido en los próximos meses. Los dos colores, como las caras de una misma moneda, se convierten en auténticos rivales en las colecciones de Etro, Calvin Klein o Salvatore Ferragamo, apostando en todos los casos por el total look. Negras o blancas de la cabeza a los pies, destacan las propuestas de Emporio Armani, y sus sorprendentes leggings masculinos combinados con botas, y los 'cortes al ombligo' de Calvin Klein, que invierte el término short para traspasarlo del pantalón a la camisa. El contraste: los cuatro pantalones en blanco nuclear de Gucci, combinados con blazers en oscurísimos tonos marino, chocolate o cereza.
Para los que busquen un nota de acidez en su atuendo, los colores cítricos se convierten en el leitmotiv de las prendas que se escapan de este riguroso combo bicolor: el amarillo, en todas sus gamas, se apodera de pantalones, camisas, bolsos, mocasines y gabardinas, recuperando tonos que van desde el limón hasta el mostaza o crema.
En lo que respecta a los estampados y cortes, la primavera de 2011 seguirán teniendo presencia las siempre eficaces rayas marineras, y los cuadros, que después de tres temporadas siguen reclamando su espacio en el armario masculino. Para los ejecutivos y hombres de negocios, nada mejor que los trajes de chaqueta de tejidos ligeros, en tonos azules y tostados, que combinen a la perfección con cómodas slippers, náuticos de piel o sandalias. La bermuda, un must de los looks veraniegos, se acorta hasta superar la frontera de la rodilla: permitiendo estilismos hibridos, a caballo entre el look de playa y el de ciudad.