No hay duda. La firma Andrés Sardá siempre sube la temperatura de Cibeles, pero no porque sus propuestas se inscriban dentro del mundo de la lencería, sino porque sus presentaciones son todo un ejemplo de calidad, puesta en escena trabajada y buena música.
DETALLES DE LA COLECCIÓN:
- Inspiración: Las playas del mundo, los viajes en barco y las glamurosas fiestas al borde de una piscina.
- Puesta en escena: La firma Andrés Sardá es de las que se toma en serio que Cibeles cuente con dos pasarelas para dar la oportunidad a cada diseñador de que decore y personalice el escenario de su presentación. En este caso, se recreaba un barco con un enorme ojo de buey por el que se proyectaban imágenes marinas. En el ecuador del desfile, varias bolas de espejos descendieron y transformaron este ‘crucero’ en una disco de estética ‘retro’.
- Por partes: Dentro de esta presentación, en la que, aunque predominaba el baño, también se mostraron creaciones de lencería, se pudieron ver varias líneas diferenciadas, pero que, sobre la pasarela, se entremezclaban poco a poco para dar continuidad al pase. Comenzó con unos ‘looks’ de inspiración marinera, con detalles en amarillo y fucsia. Después llegaron los lunares y conjuntos en blanco; y se terminó con modelos de inspiración disco con llamativos estampados –inspirados en las casas Erica y Etro-, aplicaciones de ‘paillettes’ y tejidos metalizados en oro y plata. No faltaron sus adornos de cristal de Swarovski y los complementos: tocados de la firma Pablo y Mayaya; y originales piezas de bisutería de Carmina Rotger, en formas geométricas o reproduciendo motivos marineros (anclas, flotadores…).
- Viaje en el tiempo: La pasarela comenzó con una estética años 50, para culminar con ‘looks’ de corte ‘setentero’ y ‘ochentero’.