50 modelos, uno por cada edición en este aniversario de oro de la pasarela Cibeles, son la apuesta de Agatha Ruiz de la Prada para la próxima primavera-verano. Una visión mucho menos comercial de lo que han sido sus colecciones más recientes, que repasa en retrospectiva algunas de las tendencias que la diseñadora madrileña ha ido investigando desde los años 80.
DETALLES DE LA COLECCIÓN:
Inspiración: sus propias creaciones, a través de los años. Globos, frunces, pliegues, volantes… estallan sobre las prendas, arrastrando consigo estampados de rayas y topos,
'Leitmotif': los corazones, el icono por excelencia de la marca, y la cifra 28, número de años que la diseñadora lleva dedicada a la moda, se transforman en apliques acolchados, estampados y complementos.
Amor por el 'oversize': el XXL es la máxima en todas las prendas. Desde maxihombreras hasta pantalones bombachos, bermudas, monos con escote palabra de honor, túnicas, tops o faldas-globo, los volúmenes marcan cada prenda con la firma personal de la diseñadora.
Colores: la paleta de colores explota en todos los desfiles de Agatha Ruiz de la Prada. Destacan los conjuntos más 'ponibles', en rojo, malva y verdeagua, los vestidos y faldas de cintas multicolor, los metalizados en plata y oro y las piezas arco-iris en jaretas horizontales.
Calzado: una vez más, volvemos a ver alpargatas en Cibeles, esta vez teñidas de vivos colores, como el naranja o el fucsia, y corazones bordados en el empeine.
Únicos: el modelo que abrió el desfile, un impresionante minivestido en color fucsia con una cola-gusano de rayas tan larga como la pasarela, los bañadores con maxihombreras y cola geométrica y el vestido con hombreras-avión.