Barack y Michelle Obama se han convertido en dos iconos de estilo.
Ni Brad Pitt, ni David Beckham, ni George Clooney. Los llamados a copar las listas de los más elegantes del mundo han quedado relegados a un segundo plano, al menos desde que se desató la denominada Obamanía el pasado año con motivo de las elecciones presidenciales en Estados Unidos (y sus consiguientes campañas), y el político afroamericano Barack Obama – hoy presidente de la nación-, se convirtiera en el punto de mira de todos los medios de comunicación del planeta.
Esto es lo que evidencia la última encuesta realizada por la empresa británica One Poll para la firma de camisas Thomas Pink, y en la que el presidente de los Estados Unidos encabeza la lista de los más elegantes del año, según un sondeo realizado a 3.000 hombres. No hay duda de que el demócrata y su esposa Michelle han revolucionado, no sólo el panorama político desde su llegada a la Casa Blanca, sino, también, el siempre sorprendente universo de la moda: los looks de ambos son analizados el detalle en cada aparición pública, lo cual ha supuesto toda una inyección de frescura en los círculos de poder, casi siempre al margen de los dictados de la moda y las últimas tendencias.
Pero, ¿cuál es su secreto? Él mismo ha reconocido no tener en su armario más de cuatro pares de zapatos, y sus trajes de dos botones, casi siempre cortados a la medida y perfectamente encajados, no salen de la escala normal de grises y tonos oscuros. Camisas blancas y corbatas sin estridencias son algunas de sus otras máximas a la hora de seguir un decálogo de vestimenta. La diferencia, como siempre, en los detalles: cuellos de camisa de corte moderno, que estilizan la silueta, nudos de corbata menos convencionales que los de sus adversarios, ropa de sport relajada y cercana, y, en general, un aire mucho más casual y distendido, diferente de cualquier otra figura política de su tiempo, son las claves del carismático 'look Obama'.