Todos los años, durante estas fechas, campos y parques se infestan de garrapatas, unos insectos peligrosos tanto para nuestras mascotas como para las personas, por lo que es importante prevenir su picadura, y eliminarlas rápidamente si detectamos alguna en nuestro animal de compañía o en nuestro cuerpo.
Y es que los oxidoideos, nombre científico de las garrapatas, y que pertenecen a la familia de los ácaros, se alimentan de sangre y son vectores de numerosas infecciones. "Pueden transmitir parásitos como Babesia o Hepatozoon, bacterias como Anaplasma o Ehrlichia y la enfermedad de Lyme producida por Borrelia, que es una zoonosis muy grave en personas", alerta la veterinaria Ana Anglada, miembro de la Asociación Madrileña de Veterinarios de Animales de Compañía (AMVAC).
La época del año más peligrosa es el inicio de la primavera hasta el otoño. Pero debido a los cambios climáticos de los últimos años, y dependiendo de la zona donde viva la mascota, puede ser necesario su utilización durante todo el año. Lo más apropiado es consultar con el veterinario.
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¿Cómo transmiten la infección?
La forma típica de transmisión de la enfermedad "es a través de la saliva cuando la garrapata 'se alimenta' al picar a la mascota. Excepto en el caso de la infección por Hepatozoon, que se transmite por la ingesta accidental de la misma por el perro. Esta enfermedad conduce a un estado de inmunodepresión que favorece la aparición de otras patologías que afectan a diversos órganos", señala la experta.
En los otros casos, desde que la garrapata pica a la mascota hasta que inocula el patógeno (parásito o bacteria) pueden pasar desde 3 horas, como sería el caso de Ehrlichia, hasta más de 48 horas. En primer lugar, "la garrapata tiene que fijar su aparato bucal a la piel del perro y, después, comenzar a alimentarse, momento en el que entra en contacto la saliva del ácaro con la sangre de la mascota e inocula el agente patógeno", explica Ana Anglada, de Anaga Centro Veterinario, en Madrid.
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¿Cómo sé si le ha 'picado'?
"La forma más efectiva de diagnóstico es la visualización directa de las garrapatas. Esto, en ocasiones, es complicado, y más si son formas inmaduras de garrapata ya que su tamaño es menor. Por ello, muchas veces el diagnóstico se hace a posteriori, por la presencia de nódulos, zonas inflamadas o signos compatibles con la enfermedad transmitida", explica.
Estos signos pueden ser muy inespecíficos, pudiendo aparecer fiebre, anorexia, letargia, cojeras, alteraciones oculares, pequeñas hemorragias e, incluso, cuando hay infestaciones masivas, anemia. De ahí la importancia de observar al animal y acudir al veterinario si su conducta cambia y si sospechamos que ha podido haber estado en contacto con una garrapata
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Cómo eliminar la garrapata
La extracción de la garrapata se puede hacer manualmente o con dispositivos específicos que podemos comprar en centros veterinarios o en tiendas de animales. Es muy importante que la garrapata se extraiga correctamente para evitar que el aparato bucal se quede dentro del la piel. Así, la tracción que ejerzamos debe ser perpendicular y debemos asegurarnos de que se ha eliminado la garrapata por completo.
Asimismo, en el momento en que se observe la presencia de una única garrapata, "se recomienda el uso de un producto acaricida (producen la muerte del ácaro) como sprays, champús, pipetas o comprimidos para matarla y eliminar la presencia de otras que puedan pasar desapercibidas por su localización o tamaño".
A pesar de la creencia popular, no se recomienda el uso de aceites, calor o alcohol para facilitar su extracción debido a que, "como la transmisión de las enfermedades se realiza a través de la saliva, estos productos provocan una contracción de la garrapata, que expulsará la saliva hacia la mascota, provocando así la transferencia de los agentes patógenos", aclara. Lo ideal es un tirón firme.
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Prevenir la picadura
Afortundamente, contamos con un amplio arsenal de productos que protegen a nuestro animal de compañía de la infestación de garrapatas. Todos ellos "actúan como repelentes con un sistema de 'pies calientes', es decir, en el momento en que la garrapata entra en contacto con la piel y el pelo de la mascota, se produce un efecto repelente que evitaría que la garrapata pique", explica la especialista.
Es también esencial que se escoja el producto más adecuado para nuestra mascota. Éste dependerá, entre otros factores, del entorno del animal, si se trata de una mascota que participe en concursos y deba ser bañado a menudo, así como si convive con un gato. "Algunos antiparasitarios tópicos son muy tóxicos para los gatos, por lo que, si conviven perros y gatos en la misma casa, hay que tener una serie de precauciones a la hora de administrarlos", advierte la veterinaria.
Por otro lado, los diferentes productos pueden presentar distintos porcentajes de efectividad. "Aunque la mayoría de ellos se encuentran muy próximos al 100%", asegura Ana Anglada. Aún así, y a pesar de estar protegidos, en ocasiones podemos encontrar alguno de estos insectos en la mascota. Por ello, es importante revisar muy bien las zonas más problemáticas como pueden ser las ingles, axilas, zona inferior del cuerpo, orejas, así como renovar el producto o aplicarlo con la frecuencia que indique su prospecto.
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Cómo aplicar los repelentes
Dependerá del producto que utilicemos. Pero, en general, no debemos aplicarlo inmediatamente después del baño. "Al aplicar un producto acaricida como una pipeta, las sustancias repelentes interactúan con la piel y el pelo del animal. Por eso, conviene aplicarlo dos o tres días después del baño", aconseja la especialista. Por otro lado, conviene evitar bañar al animal, ya que los baños, especialmente, si se frota, puede disminuir la eficacia. Las inmersiones cortas en el agua, por ejemplo, en el mar, río o lago o por el agua de la lluvia, no suele afectar a la duración de la eficacia del producto.