La edad secreta de Karl Lagerfeld

El diseñador ha celebrado su cumpleaños esta misma semana, bajo la incógnita de su edad real

Por hola.com


Karl Lagerfeld ha celebrado su ¿ochenta? cumpleaños esta misma semana

Dicen los biógrafos de Karl Lagerfeld que el kaiser de la moda habría entrado el pasado martes, 10 de septiembre, en la que sería ya su octava década de vida. Él lo niega. O, al menos, no lo confirma.

La imagen del diseñador es tan potente que cada fotografía suya da la vuelta al mundo en pocos minutos, ya sea al término de un desfile de la Alta Costura de París, como de compras por las luminosas calles de Saint Tropez. Una imagen que se ha convertido en un riguroso binomio blanco y negro en los últimos años, aunque no siempre ha sido así: el diseñador llegaba al mundo un 10 de septiembre en el seno de una familia acomodada en la ciudad de  Hamburgo, aunque, tal y como confirmaba esta semana la prensa alemana, podría haber sido hace 75, 78 u 80 años, sin que nadie haya sido capaz hasta ahora de establecer la fecha concreta de su nacimiento.



Junto a una de sus musas, la modelo y presentadora Alexa Chung

El baile de fechas se vuelve aún más descabellado si consideramos que allá por 2008 el modisto organizaba una fiesta para celebrar su cumpleaños número 70, y, sólo cuatro años más tarde, el número 79, para confesar poco después a la revista francesa Paris Match que su fecha de nacimiento data en realidad de 1935.

De hecho, él mismo se encargaba de desmentir (no sin cierta sorna) la fecha oficial de su perfil en la enciclopedia online Wikipedia -que le convertiría ya en octogenario-, aumentando con ello los rumores en torno a su edad real. La explicación oficial: en palabras del propio diseñador, es del todo imposible saber con certeza cuando nació porque 'lamentablemente' el certificado de su nacimiento habría desaparecido durante la Segunda Guerra Mundial.



El diseñador adoptó una imagen en blanco y negro hace más de veinte años

Sea como fuere, la imagen del kaiser ha permanecido prácticamente imperturbable durante las últimas dos décadas, sin que le hayamos visto envejecer ni un día después de que se sometiese a un duro plan de adelgazamiento que le llevó a perder 40 kilos. Un Dorian Gray contemporáneo, que el diseñador subraya a menudo adoptando un rictus de lo más desconcertante -es propenso a realizar bromas en la intimidad, y son pocas las imágenes en las que no aparece rodeado de alguna de sus sonrientes musas-, que ha acompañado de la coleta y gafas de sol oscuras que son ya un rasgo más de la identidad de uno de los diseñadores, si no el que más, más influyentes del siglo XXI.