Aunque las comedias románticas indiquen lo contrario, enamorarse no es sólo cosa de ellas: los hombres no son tan ajenos a ilusionarse por amor como las películas nos hacen creer. Al menos así lo indica el Barómetro Cofidis de la Ilusión, el primer estudio demoscópico que ha medido el grado de ilusión del enamoramiento entre hombres y mujeres.
Sobre una muestra de más de 1.500 españoles y españolas, el estudio concluye con una lectura interesante sobre el amor, y las ganas de los solteros de enamorarse: los hombres sin pareja tienen un índice de ilusión superior al de las mujeres a la hora de empezar una nueva relación. Eso sí, apenas les separan tres puntos porcentuales: 60 para ellos y 57 para ellas, sobre un total de 100 puntos.
A pesar del pequeño margen de diferencia, el resultado sorprende sobre todo al compararlo con los mensajes equívocos del cine o la literatura, donde generalmente son ellas las que están más predispuestas a 'caer' en los brazos de Cupido. Los resultados relacionan así las ganas que tenemos de enamorarnos, con el nivel de felicidad: mientras que para los hombres solteros encontrar pareja es el segundo proyecto vital más importante, para las mujeres desciende a un asombroso 23 puesto, en una lista de 53 posibles 'fuentes de la felicidad'.
De hecho, el 36 por ciento de los solteros considera que enamorarse es un proyecto prioritario, mientras que en el caso de las mujeres solteras el porcentaje es del 9 por ciento. ¿Son ellas más independientes? Eso parece: las mujeres solteras, sin renunciar al amor, le dan más importancia a la familia o la salud, y consideran que encontrar el amor no es del todo un factor determinante para vivir feliz.
Ahora bien, ¿qué ocurre una vez se encuentra el amor? Cuando ellas están solteras, su ilusión es más baja (57 sobre 100) que cuando están casadas (60 sobre 100 puntos). Los hombres, en cambio, al casarse pierden ligeramente la ilusión inicial: de 60 pasan a 59 puntos en esta particular escala de la felicidad.