La tendecia creciente a sustituir los desfiles de moda a la antigua usanza por presentaciones parece haber cogido impulso entre las colecciones de hombre. La idea: prescindir de las caminatas arriba y abajo de la pasarela, y presentar las prendas con una puesta en escena que se asemeja más a las imágenes de un catálogo que a la clásica catwalk importada de París.
Una manera muy original de enseñar al público las nuevas tendencias de temporada, emplazando a los modelos en contextos específicos para cada línea, colección o incluso cada prenda. Las ubicaciones elegidas: casi siempre lujosos hoteles de París o Milán, ciudades donde tienen lugar las principales pasarelas masculinas, con amplios y barrocos salones, distinguidas librerías y extensos jardines, que permiten un amplio margen de maniobra a estilistas y decoradores.
Las firmas más atrevidas dan un paso más allá, apostando por presentaciones interactivas, que permiten a los espectadores formar parte de la escena. Es el caso de la colección primavera-verano 2013 de la firma Brioni: su particular lookbook en movimiento maravillaba a sus invitados con una pequeña fiesta de inspiración años 20 celebrada al aire libre, con partidos de bocha (un juego parecido a la petanca que es típico de países como Argentina, Chile, Uruguay o Venezuela) y bádminton, y largas mesas con champán, cornucopias de frutas frescas y música en directo, que transformaron el peculiar desfile en una experiencia abierta a todos los sentidos.
El objetivo: presentar las prendas dentro del contexto para el que fueron pensadas. Smalto, Berluti o Alexandre Mattiussi son algunas de las firmas que han convertido este tipo de presentaciones en la tónica general de sus desfiles. Te descubrimos algunos de sus emplazamientos más curiosos.