La Semana de la Moda Masculina de Milán echó ayer por la tarde el cierre, mostrando al gran público las últimas tendencias de cara a la primavera-verano de 2013. Nombres indispensables del circuito, como Salvatore Ferragamo, Roberto Cavalli, Prada o Gucci, se han dejado ver estos días en la gran capital de la moda italiana, una antesala perfecta para la pasarela masculina de París, que comienza hoy.
Ports 1961, primavera-verano 2013
De entre las tendencias destacadas, sin duda el tejido metalizado ha resultado la más sorprendente, con gran variedad de chaquetas, impermeables, blazers o pantalones de noche, que adquieren un brillo especial en las colecciones de Burberry Prorsum o Cavalli. Los colores ácidos y 'vitaminados', con especial presencia del naranja, amarillo limón o verde, también han tenido su espacio, convirtiéndose, junto con los marrones y tostados, en los tonos predilectos para vestir el armario masculino el próximo verano.
De entre las últimas colecciones que han desvelado sus propuestas, cabe destacar la firma Ports 1961, que sorprendía ayer en la pasarela milanesa gracias a una audaz colección inspirada en la mismísima ciudad de Milán, plagada de estampados florales creados en colaboración con un artista local. Los colores: oro, rosa pétalo, gris y violeta.
Missoni, primavera-verano 2013
Muy diferente resultaba la colección de Emporio Armani: el diseñador ha preferido dejar de lado las paletas más coloristas para centrarse en chocolates, grises y navys, con trajes veraniegos de corte tradicional y tejidos naturales, muy en sintonía con la colección en tonos arena imaginada por Angela Missoni. La diseñadora, que esta semana, además, celebraba la sonada boda de su hija Margherita, se deja llevar por los sonidos, colores y olores de Asia del Este, dando vida a jacquards y exquisitos bordados de inspiración oriental.
Giorgio Armani, primavera-verano 2013
La nota más extravagante de la jornada: los looks multicolor de Moschino. Bajo el nombre 'Supermarket, super Moschino', el director creativo de la firma, Bill Shapiro, traslada su colección al interior de unos grandes almacenes, que dejan su impronta en forma de llamativos grafismos y estampados, con especial prevalencia de logotipos de cerveza o cajas de detergente. El toque final: una pequeña línea de looks ultracoloristas, en verde, rosa, amarillo y blanco.