Hoy, 15 de septiembre, se celebra el Día Europeo de la Salud Prostática: un marco perfecto para recordar la importancia de hacerse las revisiones rutinarias, especialmente a partir de los 50 años, y que, según insisten desde la Asociación Española de Urología, puede suponer un vuelco en el pronóstico para los casos en los que se haga una detección precoz de un posible cáncer. Es más: en los casos en los que existan antecedentes familiares, la recomendación es que los chequeos se realicen a partir de los 45 años, y se mantengan regularmente.
Y es que cada año se detectan en nuestro país alrededor de 18.900 nuevos casos, siendo el tumor más frecuente entre los varones a partir de esta edad. Las revisiones son, por tanto, tan fundamentales para ellos como para ellas lo es la visita al ginecólogo: no hay que olvidar que el cáncer de próstata tiene una incidencia similar al de mama en la mujer, y que uno de cada diez hombres será diagnosticado a lo largo de su vida. La diferencia entre ambos: ellas son más conscientes a la hora de realizar las revisiones rutinarias, a fin de evitar un mal mayor.
Pese a que los urólogos insisten cada año en este tipo de mensajes, la vergüenza y la falta de información son algunas de las razones por las que muchos hombres no solicitan ayuda médica ante determinadas enfermedades urológicas, que, además del temido cáncer, pueden abarcar otros trastornos y patologías de menor importancia, como la hiperplasia benigna y la prostatitis. Las dos pruebas que ponen al urólogo sobre la pista de un posible tumor prostático son la palpación a través del tacto rectal, y la determinación del antígeno prostático en sangre, una prueba que consiste en un simple análisis y que es conocida como PSA.
Se estima que en España mueren cada año casi 6.000 personas por cáncer de próstata.