Todos queremos estar guapos en la playa, y ellos no iban a ser menos: lucir ‘palmito’ una vez llegado el verano es el objetivo de muchos hombres y mujeres que, meses antes de la llegada de la estación estival, se someten a estrictas dietas, largas horas de gimnasio y costosos tratamientos estéticos que les permitan llegar a las vacaciones con su mejor cara… y cuerpo.
Los tratamientos estéticos dirigidos al sector masculino van, por tanto, en aumento y son cada día más variados. Pero, ¿cómo es el hombre que se apunta a la ‘operación bisturí’? Según datos del Biodíser Beauty Center Man, un centro especializado en belleza para hombres en pleno centro financiero de Barcelona, el perfil de hombre preocupado por su imagen oscila entre los 30 y 55 años, con un nivel económico medio-alto, y entre sus ‘must’ de belleza no escasean los tratamientos capilares, la eliminación de arrugas y la popular reducción de abdomen.
Ahora bien, si para nosotras la celulitis y la flacidez son los enemigos ‘número 1’ a nivel estético, para ellos la pérdida del cabello se convierte en la principal preocupación a la hora de combatir los efectos del paso del tiempo, por encima del cuidado de la silueta. La temida caída afecta al 40 por ciento de los hombres, siendo los métodos para frenar su avance, la densificación de zonas despobladas y el refuerzo del cabello débil lo más demandado a la hora de ponerse guapos.
En segundo lugar dentro del ‘ranking’ de los tratamientos más solicitados por ellos estarían los cuidados faciales, abarcando desde la eliminación de las arrugas del rostro, hasta el doble mentón, la eliminación de bolsas y ojeras y las manchas de la piel. El tercer puesto, por fin, lo ocuparían las técnicas de reducción de abdomen, que permiten librarse de la ‘barriguita cervecera’, eliminando las acumulaciones de grasa que se producen en esta conflictiva zona mediante abdominoplastias u otros tratamientos menos invasivos, como la lipocavitación o la radiofrecuencia regenerativa.