Parejas en las que se aprecia una evidente diferencia de edad ha habido (y habrá) siempre, aunque nunca se había 'diagnosticado' un síndrome relacionado con ellas, y menos con un nombre tan curioso: los hombres que entran en la madurez, o al menos en la franja de edad que comprende de los 40 a los 55 años, y se emparejan con mujeres mas jóvenes, son a su vez los que, cada vez más, pasan por quirófano, precisamente para 'remediar' esta diferencia de edad respecto a su pareja.
Este 'síndrome Sarkozy' (que hace referencia al presidente la República Francesa, Nicolás Sarkozy, y su mujer, la 13 años más joven Carla Bruni), está, pues, relacionado con una de las precupaciones ancestrales más populares, y que tradicionalmente se asociaba a las mujeres (y su interminable colección de cremas y lociones anti-aging): la búsqueda del secreto de la eterna juventud es ahora también cosa de ellos, por la simple razón de no 'desmerecer'. A la elección del vestuario o el cuidado corporal diario, se suman novedosos tratamientos médicos de estética masculina, casi siempre facial, que sirvan para eludir los primeros signos del envejecimiento, sustituyendo a las 'perezosas' cremas por pinchazos o rayos láser. Los más demandados: principalmente los realizados con ácido hialurónico, spcultra, botox y mesoterapia, así como lamejora de la sonrisa, para lucir una hilera de dientes impecable.
Se trata en su mayoría de tratamientos no agresivos, y que se realizan en varias sesiones cortas y discretas, para mantener y mejorar el aspecto del rostros, sin que afecte a la vida diaria o se produzcan cambios demasiado evidentes. En España, y según el presidente de la Sociedad Española de Cirugía Estética (SECE), el doctor Joaquín García Aparicio, 300.000 hombres se someten cada año a este tipo de intervenciones, siendo su porcentaje de un 25 por ciento frente al 75 de mujeres.