21 de julio de 1969. Cuarenta años han pasado desde que el astronauta norteamericano Neil Amstrong pusiese por primera vez un pie en la Luna, y mencionase aquellas célebres palabras que han pasado a formar parte de la historia reciente: ‘es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad’.
Tras cuatro días de viaje a través del espacio, la tripulación del Apolo 11 alunizaba sobre el satélite terrestre con éxito. En sus muñecas, una máquina de precisión que les permitía medir el tiempo, tan diferente y relativo fuera de la órbita de la Tierra: el reloj Speedmaster, de la firma Omega, acompañó a los tres primeros hombres en lograr esta hazaña, que se repetiría hasta en cinco ocasiones en los siguientes cuatro años, gracias a los esfuerzos e investigaciones del programa Apolo. El último hombre en dejar sus huellas sobre la superficie lunar: el norteamericano de ascendencia checa y eslovaca, Eugene Cernan, quien a sus 75 años se ha convertido en embajador de aquella primera línea de relojes espaciales, que hoy se reedita en una edición limitada de apenas 8.000 ejemplares. Todo un lujo para la firma de relojería, ya que durante los años 70 el astronauta participó en hasta tres misiones espaciales, y voló a la Luna no una, sino dos veces, ostentado el récord de permanencia sobre el astro.
Para los amantes de los secretos del cosmos y los cuerpos celestes, sin duda ésta será una pieza única a incluir en su colección: elaborado en acero noble, el reloj incorpora en un medallón que reproduce el distintivo de la misión Apolo 11 -un águila descendiendo a la superficie lunar, portando en sus garras una rama de olivo con la Tierra al fondo-, diseñado por Michael Collins, quien curiosamente se quedó como piloto en el módulo del Apolo 11 mientras sus compañeros llevaban a cabo la misión. Como conmemoración, la referencia “02:56 GMT”: el momento exacto en que Neil Armstrong dio su primer 'pequeño paso' sobre la Luna-.
Como curiosidad, el cristal de esta Edición Limitada del Moonwatch es Hesalite, el mismo material diseñado para soportar gravedades bajas hace cuarenta años, y que llevaba el reloj original. Un capricho para los apasionados a las auténticas aventuras científicas.