Una vez que las hormonas se estabilizan y que una etapa dura -en lo que a la piel se refiere- llega a su final, nos encontramos ante la que puede ser considerada como la "edad de oro" de la piel masculina. La producción de grasa vuelve a recuperar niveles normales y deja de volver loca a todo el ecosistema cutáneo. A la vez, no ha habido tiempo de que aparezcan las señales de la edad, por lo que la piel se muestra firme, elástica y sin arrugas.
Problemas más frecuentes: vienen más dados por el estilo de vida propio de la edad que por las condiciones intrínsecas de la epidermis: noches cortas y días largos pueden ser causa de ojeras y mala cara. Otro problema común son los pelos enquistados, que pueden llegar a crear serios problemas si se infectan.
Soluciones: los productos de efecto flash no son coto exclusivo de la mujer: se multiplican los productos para hombre destinados a combatir los efectos del cansancio. Combinan hidratación con efecto tensor y revitalizante, siendo un completo "3 en 1". No está de más incluir en la rutina de belleza un contorno de ojos: aplicado regularmente, suaviza las patas de gallo, ¡y mucho! Y como tratamiento puntual, una vez por semana, nada como un exfoliante específico para hombres, que atenúa el aspecto grisáceo de la tez cansada y, además, ayuda a evitar los pelos enquistados.
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