Cocina Ext.

Los diez errores de una dieta de adelgazamiento

Saltarse algunas comidas, dejarnos seducir por regímenes milagrosos... descubra las equivocaciones más frecuentes cuando de echarle un pulso a la báscula se trata

Es importante no saltarse ninguna comida.

No es conveniente pesarse todos los días sino una vez a la semana.

En una dieta adelgazante se deben tomar, como mínimo, dos litros de agua al día.


Nadie dijo que lucir unas curvas de escándalo fuera fácil. Lo que ocurre es que, en ocasiones, con tal de conseguir un 'palmito diez' cometemos verdaderas locuras nada beneficiosas para el organismo. He aquí el decálogo de lo que no se recomienda hacer durante una dieta de adelgazamiento:

- No desayunar y ‘ponerse ciego’ a la hora de la cena. El desayuno debe aportar buena parte de las calorías del día.

- Ponernos a régimen solamente en verano. Muchas personas se pasan la vida engordando en invierno e intentando adelgazar en verano sin darse cuenta de que, a medida que transcurren los años es más difícil quitarse los kilos de más. Llega un momento en el que las células grasas no se destruyen sino que solamente vacían su contenido y se llenan cada vez más deprisa.

- Pesarnos cada día. Con una vez a la semana, basta. Eso sí, siempre en la misma báscula, en el mismo momento del día y, a ser posible, sin nada de ropa.

- No realizar ningún deporte. Aunque sea media hora al día debemos dedicarla a hacer ejercicio, ya sea en un gimnasio o siguiendo en casa una sencilla tabla gimnástica.

- No beber agua. Se debe tomar, como mínimo, dos litros de agua diarios fuera de las comidas, ya que la acumulación de urea, amoníaco, ácido úrico, etc, sólo se elimina con la orina.

- Confiar en los laxantes y en los diuréticos para adelgazar. Abusar de estos productos puede llevarnos a no asimilar los nutrientes necesarios para el organismo.

- Dejarnos ‘conquistar’ por dietas rápidas y engañosas. Favorecen la aparición de estrías y producen importantes pérdidas de vitaminas.

- Tomar píldoras que disminuyen el apetito sin prescripción médica. La administración de estos medicamentos siempre debe hacerse bajo control médico. En algunos casos pueden no ser necesarios y en otros, estar contraindicados.

- Saltarnos alguna comida. Con esto lo único que se consigue es acumular grasas para resistir las horas sin alimentos.

- Preparar unos platos de régimen aburridos e insípidos. Para que la comida de una dieta nos resulte apetitosa lo mejor es echarle imaginación a la hora de servirla.