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La fruta resulta alimento fundamental en las dietas de limpieza.
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Una copiosa cena de la que no ha podido escapar, un dulce capricho al que no se ha podido resistir... ¿remordimientos de conciencia? No sufra, la solución se llama ‘dieta de limpieza’. Un régimen alimenticio que tiene como protagonistas absolutos a las frutas y verduras y que, en ningún caso puede durar más de dos días.
Además, esta dieta no sólo es adecuada para aquellos a los que el arrepentimiento ‘no les deja dormir’ sino que también es ideal como preámbulo de un régimen más continuado o, simplemente, como forma de limpiar nuestra sangre y aparato digestivo.
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Desayuno: Macedonia natural de frutas. La cantidad que usted quiera. Comida: Será a base de ensalada de verdura fresca (lechugas, zanahorias, endibias, tomates, escarola... o lo que usted quiera) aderezado con hierbas aromáticas (no engordan y dan buen sabor) y una cucharadita de aceite de oliva virgen. Cena: Un puré de verdura o verdura cocida (todo tipo de verduras).
Por último, debe recordar que todas las dietas deben ser acompañadas por la ingesta de mucho líquido, especialmente, zumos de fruta y agua.
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