En un precioso islote bañado por el mar Adriático se encuentra Sveti Stefan, el lugar donde se ultiman todos los detalles para el gran enlace -toda la información se podrá leer en la revista ¡HOLA!- entre Novak Djokovic y Jelena Ristic. Para los medios serbios esta será la “boda del siglo”; para ellos, que esperan su primer hijo, un momento anhelado desde la juventud.
El sitio elegido para el enlace no puede ser más especial, Djokovic y su futura esposa ocupan una villa que ha albergado a estrellas de cine como Elizabeth Taylor, Sofía Loren o Silvester Stalone y a miembros de familias reales europeas.
Los festejos nupciales arrancan esta noche con una gran fiesta en el lujoso hotel compuesto por medio centenar de pequeñas mansiones, en las que se alojan los 150 invitados. Mañana por la tarde, según el diario Vijesti, la pareja contraerá matrimonio en una plaza situada en un lugar conocido por los lugareños como "Playa de la Reina". Un pequeño paraíso, situado frente al islote, que actualmente se encuentra “custodiado por un gran despliegue d seguridad" y donde también tendrá lugar el banquete nupcial.
Sin embargo los fastos no terminan aquí, según el mismo medio serbio, “la boda eclesiástica se celebrará el próximo sábado, día en el que termina el ayuno que marca el calendario de la iglesia ortodoxa serbia, y estarán presentes un número reducido de invitados”.
Los dos naturales de Belgrado y de edades similares -ella tiene 28 años y él 27- se conocieron siendo prácticamente unos niños, en un colegio de educación secundaria enfocado a disciplinas deportivas. Allí fue donde empezó su noviazgo que para la madre de ella, Vera, “fue un amor a primera vista”.
Jelena es una entusiasta del tenis desde pequeña que admiraba el buen hacer de Novak con la raqueta. A él no le paso por alto que ella era una de las chicas más guapas de Belgrado. Cuando terminaron la secundaria, sus caminos se tuvieron que separar -Jelena se marchaba a estudiar a Italia y Novak continuaba con su carrera deportiva- pero su noviazgo continuó: “Para nosotros reunirnos era casi algo de ciencia ficción, yo era una estudiante y él un jugador de tenis muy joven sin dinero de sobra para hacer viajes costosos, en ese momento coger aviones era algo fuera de nuestro alcance”, declaró Jelena al medio serbio PTC.
A pesar de la distancia, la pareja buscaba la forma de estar juntos aunque sólo fuera en los momentos más importantes de la vida del otro: "Novak incluso llegó a ir a uno de los exámenes más importantes de mi carrera. Se sentó en la fila de atrás mientras yo estaba en la parte delantera, el profesor le permitió hacerlo, él era un desconocido en ese momento”, dijo Jelena al mismo medio.
El apoyo en esta pareja ha sido recíproco. Desde que su relación se consolidó en el 2005, Jelena Ristic se convirtió en el mejor amuleto de Djokovic. Ella ha estado presente en cada partido importante de su carrera y ha creído en él cuando sólo era una promesa deportiva.
A medida que crecía el éxito del tenista, la presencia de Jelena comenzó a llamar la atención. Pronto se supo que la inseparable chica, guapa y con gracia, que aplaudía a Novak era su novia de toda la vida. Además Djokovic nunca ha tenido reparos en proclamar su amor por ella a los cuatro vientos: tanto a través de las redes sociales, como en la cancha cuando se acercaba a ella para darle románticos besos a modo de celebración.
Después de finalizar sus estudios, Jelena comenzó a trabajar como directora de la fundación Novak Djokovic, para la educación de los niños más desfavorecidos de Serbia, un proyecto en el que la pareja se implica a fondo y en el que comparten la mayoría de actos.
Cuando la pareja parecía tenerlo todo: mucho amor y éxitos deportivos. Djokovic anunció, el pasado septiembre, su compromiso matrimonial con Jelena en una fiesta que celebraron en Mónaco, lugar donde reside la pareja. Pero si esta dicha fuera poco, en mayo el tenista dio la buena noticia de que esperaba su primer hijo con Jelena. Un bebé que nacerá el próximo mes de octubre y al que Djokovic le ha brindado su último triunfo en Wimbledon, donde se ha coronado como el número uno del tenis mundial.