A Pippa Middleton tan sólo le hizo falta escuchar las palabras "deporte" y "solidaridad" para aceptar el reto. Sin embargo, en esta ocasión el esfuerzo era mucho mayor que en otras ocasiones e incluía una preparación física más intensa. Su cuerpo tenía que estar listo para completar una épica prueba ciclista de 4.800 kilómetros a través de los Estados Unidos de América. La hermana de la Duquesa de Cambridge emprendió este viaje como parte de un equipo de relevos de ocho personas, que incluyó a su hermano James, de 27 años.
Juntos, consiguieron completar este evento de "extrema resistencia", un logro significativo que muestra a una mujer que confía en sus capacidades y que está preparada para cambiar la marcha de su vida. "Fue una experiencia increíble y una de las cosas más duras que he hecho nunca, física y mentalmente", dijo Pippa en exclusiva a nuestra edición inglesa, HELLO!, a su regreso a Inglaterra.
"Al final, la mezcla de alivio, alegría y agotamiento que sentimos todos fue algo extraordinario. Aún estamos recuperándonos de lo poco que hemos dormido. La mayoría de nosotros durmió solo unas doce horas a lo largo de toda la semana, y días y noches parecieron fundirse. Cogí algunos libros sobre experiencias previas a esta carrera para leerlos, pero no hice nada excepto ir en bicicleta, dormir y comer. Pero vimos algunos paisajes increíbles y diversos, y me siento privilegiada por haber visto remotas partes de los Estados Unidos que muy pocas personas habrán visto", confiesa emocionada.
Empezando desde Oceanside (California), a los hermanos Middleton y compañeros de equipo les llevó seis días, diez horas y cincuenta y cuatro minutos atravesar los doce Estados hasta llegar a la línea de meta en Annapolis, Maryland, a primeras horas de la mañana. ¿Lo más duro? Pippa lo tiene claro: "La mera resistencia y no llegar a dormir lo suficiente. Encontré bastante aterrador ir en bici por la noche. Hubo algunas noches en que nos topamos con culebras, mofetas y ciervos.
A su vuelta a Londres, Pippa, de 30 años, concedió su primera entrevista en televisión al programa Today, que emite la cadena NBC. En ella, explicaba al presentador, Matt Lauer, que pasar tiempo en familia las mantiene tanto a ella como a Kate "con un pie en la tierra". “Quiero decir que, obviamente, ella tiene presiones que asume y otras cosas“, dijo acerca de la posición de su hermana en el seno de la Familia Real. "Pero pasamos mucho tiempo juntas. Seguimos haciendo muchas cosas juntas como familia. Y creo que ese es realmente el espíritu de todos nosotros: tener una familia muy unida siendo normales unos con otros y tratándonos de una manera normal. Y es ese mantenernos todos unidos lo que nos fija a la realidad". Al ser preguntada si aún puede llamar por teléfono a la duquesa, a quien está muy unida, para una 'charla de chicas'. Pippa contestó: "Sí, sí, tenemos una relación muy normal, fraterna. Estamos muy unidas. Y nos apoyamos mutuamente y compartimos las opiniones y cosas una con otra".
Como cabía esperar, durante la entrevista también fue preguntada por el enorme revuelo que causó su vestido de dama de honor en la boda de su hermana, algo que fue comentado en medio mundo y que cambió su vida de un día para otro: "Fue totalmente inesperado. No estaba previsto que el vestido pudiese llamar tanto la atención. Fue muy embarazoso porque el vestido era algo insignificante". Es día, todas las miradas se centraron en la abadía de Westminster, donde Guillermo y Kate se dieron el 'sí, quiero' ante sus seres más queridos, amigos y autoridades, además de muchos miembros de la realeza. Sin embargo, para ellos aquel día fue tan sólo un "evento familiar" y ella ni siquiera se dio cuenta de la presencia de los fotógrafos y de las cámaras de televisión.
"No era consciente de la trascendencia de la boda y no pensaba que me estaban viendo en el mundo entero. Para mí lo importante era estar pendiente de mi hermana y que todo saliese bien. Para nosotros fue un acontecimiento en el que podíamos estar todos juntos, como cualquier otra familia", afirmó la hermana de la Duquesa de Cambridge, que también reconoció que no ha sido sencillo convertirse en el centro de todas las miradas: "Ha sido difícil pasar de una vida completamente normal a tener que asumir todo lo que ha ocurrido después de la boda".