La guerra cruzada entre Sonia Ferrer y su ex marido, Marco Vricella, cierra el último capítulo en los juzgados de San Lorenzo de El escorial, donde la presentadora y el cirujano han acudido este lunes para luchar por la custodia de su hija Laura. La pareja llegaba por separado, con sus respectivos abogados, a las 11, 30 de la mañana. Hora en la que comenzaba el juicio en el que será una jueza quién decida sobre la custodia de la hija que tienen en común, así como de su correspondiente manutención. Sin hablarse, y sin ni siquiera cruzar una mirada, la novia de Álvaro Muñoz Escassi y su ex marido hicieron todo lo posible para no tener que encontrarse ni a la entrada ni a la salida del juicio.
El punto clave de sus posturas, hasta ahora irreconciliables, y la razón por la cual la pareja ha terminado en los tribunales ha sido desde el principio la negativa rotunda de Sonia Ferrer a conceder a su marido la custodia compartida de la pequeña. Y es que la presentadora, no sólo no claudicaba en esta cuestión, sino que además le exigía a su ex marido 3.000 euros para la manutención de su hija y un coche y 2.000 euros más para ella como pensión compensatoria, en caso de que finalmente le fuera concedida.
Pretensiones económicas que nunca ha querido aceptar Marco Vricella ya que, desde un principio, las ha considerado excesivas. Según él, revertían en el propio interés de su ex mujer y no en el de su hija. Basándose en esta valoración, el cirujano solicitaba que fueran ambos los que hicieran frente a los gastos de manutención de la pequeña en régimen de custodia compartida, si bien se ofrecía de forma voluntaria a pagar los gastos del colegio en su totalidad, para garantizar así que la educación de Laura no se vea menoscabada en el futuro por razones económicas.
Para conseguir sus objetivos, el cirujano presentó como testigos en la primera comparecencia, celebrada el pasado 19 de diciembre, a la asistenta que ha trabajado para el matrimonio durante más de dos años y medio, antes de su separación, y a una amiga íntima de Sonia que declaraba en contra de la presentadora. Sonia Ferrer, por el contrario, sólo contaba con la presencia de la que resultó ser su abogada definitiva, ya que la presentadora ha cambiado de letrada en tres ocasiones desde que comenzara el enfrentamiento.
Una semana después, Sonia Ferrer recibía las medidas provisionales que le negaban la posibilidad de cobrar ningún tipo de pensión compensatoria, pero que sí le otorgaban la custodia de su hija Laura junto con una manutención de 1.200 euros, que tendría que pagar Marco Vricella hasta que se celebrara el juicio definitivo. Este momento ha llegado seis meses después y ha vuelto a enfrentarles de nuevo.
La sentencia no se conocerá hasta dentro de unas semanas, si bien, según fuentes cercanas a la pareja, durante el juicio, que ha durado más de tres horas, la balanza podría haberse inclinado de nuevo a favor del cirujano, Marco Vricella. Este salía muy satisfecho del interior de la sala, al contrario que su ex mujer, a la que vieron muy alterada e incluso sin poder contener las lágrimas.
Al parecer, según las mismas fuentes, el ministerio fiscal, que era el único que contemplaba la pensión compensatoria para Sonia, se la negaba en esta ocasión porque, al igual que el juez, parecía mostrarse más a favor de la custodia compartida de la niña, decisión que con tanto afán, ha intentado evitar la presentadora.
En cualquier caso y hasta que la jueza se pronuncie, la pequeña Laura continuará, como hasta ahora, viviendo con su madre y pasando los fines de semana alternos y un día entre semana con su padre. Marco Vricella, seguirá pagando los 1.200 euros que estableció el juez para la manutención de su hija. En cuanto a la pensión compensatoria, la presentadora también continuará sin recibirla puesto que, aunque en un principio solicitó la elevada cuantía de 2.000 euros, cuando se dirimió la causa ella ya estaba trabajando y el juez valoró innecesaria dicha compensación por parte de su marido.
En el caso establecerse finalmente la custodia compartida en el fallo de la sentencia serán ambos los que, a partir de ese momento, tengan que correr por igual con los gastos de manutención de su hija Laura, que compartirá entonces el mismo tiempo con su madre y su padre.
Desde que la presentadora decidiera separarse de su marido tras su paso por el programa Mira quien Salta, donde conoció a su actual pareja, Álvaro Muñoz Escassi, la relación entre ambos se enfrió hasta tal punto de que resultó imposible llegar a un acuerdo previo antes de acudir a los tribunales. Una guerra que ha vivido sus momentos más álgidos en la prensa, donde ambos han hecho declaraciones cargadas de reproches y donde seguro seguirán dando mucho que hablar.