Kim Kardashian convierte París en una 'postal' en su explosiva despedida de soltera
La socialité cuenta ya las horas para dar el 'sí quiero' a Kanye West, el enlace será el sábado 24
Tuvo que ser una noche divertida, no hay duda ya que las imágenes así lo aseguran. Kim Kardashian y sus amigas hicieron de París su particular photocall durante la despedida de soltera de Kim, apenas un par de días antes de su gran boda (es el sábado 24). No pasaron desapercibidas a las personas con las que se cruzaron y es que visitaron todos y cada uno de los lugares más emblemáticos de la capital francesa para tomar instantáneas de grupo con fondos inigualables. Ahora la Torre Eiffel, luego la pirámide del Louvre… querían “romper” la noche parisina y desde luego lo consiguieron.
Modelos atrevidos, tacones altos y un llamativo maquillaje, las componentes de este grupo de amigas estaban “explosivas”. El dress code era el color negro, o al menos oscuro, ya que la única que fue de blanco era la novia, como debe ser. Con un espectacular Balmain, corto, con bolsillos y un detalle de color, un ramillete de flores bordado, Kim presumió de curvas, mientras sus amigas lo hacían también con pronunciados escotes y transparencias.
A la habitación de Kim en el hotel Four Seasons Hotel George V llegaron unas 15 botellas de champán, seguramente para agasajar a sus invitadas antes de salir. Alrededor de la mesa en la posterior cena en el Hotel Costes, Khloe, Kendall y Kylie, hermanas de la novia, se unieron a Brittny Gastineau, LaLa Anthony, Rachel Roy, Joyce Bonnelli y Monica Rose, entre otras. “¡Soy muy afortunada! Tengo los mejores amigos del mundo entero” escribió Kim en las redes con una imagen de la velada. Una noche inolvidable, aunque seguro que el enlace es aún más fastuoso… ¡quién fuera a esa boda!
Kim había despedido ya su soltería el día anterior, esta vez acompañada por su familia. Su abuela, Mary Jo Shannon, su madre, Kris, su padrastro, Bruce, del que la matriarca del clan se separó el pasado mes de octubre y que llevará a Kim hasta el altar, y sus hermanas, Khloe, Kourtney, con su hijo Mason, y Kendall cenaron en el Hotel Costes. Una celebración más tranquila e íntima que la que tuvo con sus amigas.
Tras descansar durante unas horas y recuperarse de la fiesta, el clan Kardashian volvió a vestirse con sus mejores galas, esta vez para celebrar un almuerzo previo a la boda en el Chateau de Wideville, un castillo del siglo XVII propiedad del diseñador Valentino Garavani que se encuentra muy cerca de París.
Los novios abandonaron su hotel en compañía de toda la familia de Kim y volvieron a causar una verdadera revolución. Además de los innumerables fotógrafos y periodistas que durante estos días les están siguiendo día y noche, a la salida también les esperaban muchos curiosos y fans, que quisieron felicitarles por su inminente boda.
Kim, que empujaba el carrito donde iba su pequeña North bien tapada con una manta de color negro, estaba espectacular con un precioso vestido de mariposas de Valentino que resaltaba su figura. Además de lucir un maquillaje impecable, como ya nos tiene acostumbrados, la futura novia lució para esta ocasión tan especial una favorecedora trenza.
Acompañados de la madre de Kim, Kris Jenner, sus hermanas Khloe, Kourtney, Kylie y Kendall, además de su abuela, Mary Jo Shannon, todos pusieron rumbo a la casa del diseñador italiano para disfrutar de otra celebración más, y puede que no sea la última, antes de su gran día. Como suele ser habitual en la familia Kardashian, no fue un traslado en coche discreto, sino que les 'escoltaron' varios vehículos blindados y numerosas motos. Y es que parece que todo es poco para preservar la seguridad de los novios y de sus invitados.