Los restos de Adolfo Suárez llegaron a Ávila en torno a la una y media para recibir sepultura. En las calles de la ciudad castellana, banderas de España y crespones negros colgaban de las ventanas al paso de la comitiva, que se inició en las puertas de la Escuela Nacional de Policía, un centro de formación impulsado por el propio Suárez. Una patrulla de la Policía Local escoltó el féretro hasta la catedral del Salvador, donde una multitud de personas recibió a la comitiva, que se congregaba allí desde primeras horas de la mañana para rendirle homenaje. Entre aplausos, el féretro fue introducido en el templo.
El obispo de la Diócesis, Jesús García Burillo, ofició el funeral acompañado por medio centenar de sacerdotes y obispos, entre los que se encontraba el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Española, el abulense Ricardo Blázquez. A la ceremonia asistieron personalidades políticas como el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que acompañó a la comitiva desde Madrid, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera. Estaban además el expresidente del Gobierno, José María Aznar, Ángel Acebes, Fernando Ónega y el padre Ángel, buen amigo de la familia. La iglesia estaba abarrotada además por los abulenses, que también asistieron a la misa.
El obispo, que recordó a su mujer e hija de Adolfo Suárez, ya fallecidas, destacó su espíritu, labor de "consenso" y su fortaleza. "Su gran aportación ha sido la reconciliación del pueblo español" dijo. "Adolfo Suárez trazó un camino que merece la pena ser continuado" aclaró. Se leyó además un mensaje de la Santa Sede en el que el Papa Francisco transmitía "su mas sentido pésame" e impartía "la bendición apostólica a su familia".
Al concluir la ceremonia religiosa, el féretro fue conducido al claustro donde reposará junto a su esposa, Amparo Illana. La frase grabada en la lápida, a modo de epitafio, resume a la perfección su legado: "La concordia fue posible".
Los restos mortales de la esposa del expresidente del Gobierno fueron exhumados el lunes, en el convento de Mosén Rubí, donde fue enterrada en 2001, y trasladados a la Catedral, para ser depositados en la tumba habilitada para su marido, que era natural de la población abulense de Cebreros.En el mismo templo reposa el que fuera presidente del Gobierno en el exilio durante la II República, Claudio Sánchez Albornoz.
El funeral de Estado será el próximo lunes día 31 de marzo en la catedral de la Almudena de Madrid, una ceremonia a la que asistirá la Familia Real.