Era una de las premiadas aunque quizá el mejor galardón de esa noche lo tenía al lado. Victoria Beckham es una mujer de negocios que ha convertido en oro su firma de ropa, una línea que la ha convertido en una de las diseñadoras que más ha contribuido a la moda del Reino Unido y por eso la premiaban. Para hacer su paseo por la alfombra, negra en esta ocasión, de los premios Harper’s Bazaar Women of the Year, Victoria escogió a otro de los hombres de su vida. Dado que su marido estaba de viaje, fue el segundo cabeza de familia, su hijo Brooklyn, quien la cogió del brazo para poner la mejor de sus sonrisas ante la cámara.
Mientras el joven de 14 años demostraba estilo con un impecable traje y peinado a la última, y es que teniendo en casa a uno de los hombres más atractivos y elegantes del mundo algo tiene que heredarse, Victoria no dejaba de mirarle con el orgullo pintado en el rostro. Como se dice popularmente, a la ex Spice se le caía la baba mirando a su niño, que ya es todo un hombre, y le rodeaba protectora con el brazo. Desde que era un bebé está más que acostumbrado a la expectación así que Brooklyn posó con toda naturalidad y respondió a los gestos de su madre, que no apartaba los ojos de él. Seguramente estaría pensando “¡cómo ha crecido!”.
Ajena a las miradas, Victoria compartió con los asistentes un momento íntimo y muy tierno con su hijo. Sin dudarlo le dio un beso en la mejilla, una instantánea que, en un pequeño y sencillo gesto, refleja todo el amor de una madre, bueno, más bien una mínima parte de este ya que no se posible condensarlo todo en una foto. La mujer de David Beckham, que se encontraba en Nueva York, estaba radiante, no sólo por el cariño que irradiaba, sino por el vestido negro que lució de su propia firma. Aplaudiendo sus logros estaban también sus padres, Tony y Jackie, y su hermana Louise, con su hija Liberty.
En la velada no faltaron las caras conocidas como la también diseñadora L’Wren Scott, con Mick Jagger, Colin Firth y su mujer Livia, Stella McCartney, Cate Blanchett y Natalia Vodianova, a la que apenas se le nota todavía el embarazo (espera su cuarto hijo).