Apenas le llegan los pies a los estribos de su silla de montar, pero Harry Edwards-Brady, de tres años, tiene un don especial para montar a caballo y así lo está demostrando.
Recién levantado de la siesta y soltando algún que otro bostezo, irrumpió el pasado fin de semana en el prestigioso concurso hípico Horse of the Year, celebrado en Birmingham (Inglaterra). Pero un poco de sueño no iba a impedir que este pequeño jinete hiciera historia.
Nunca alguien tan joven se había presentado a este concurso y nada más pisar la arena a lomos de su caballo conquistó a los más de mil espectadores que llenaban las gradas. Competía en una categoría en la que participan niños hasta nueve años, que van acompañados por un adulto durante la exhibición. En este caso fue su madre, Emma Edwards-Brady, quien guión a su hijo y al poni de éste, que es un año mayor que su jinete.
El número total de los concursantes de su categoría era de 23 y tras finalizar la exhibición Harry consiguió quedar en séptima posición. Como finalista recibió un trofeo y al bajar de su poni dijo que estaba muy contento por cómo lo había hecho y porque le habían prometido “un juguete nuevo” e iba a comer “un helado de chocolate grande”.
Para llegar hasta este concurso ha tenido que ganar varios campeonatos regionales y es que desde que era casi un recién nacido, ya subía a lomos de los caballos: “Él tenía tan sólo unas pocas semanas cuando le senté por primera vez en uno de los pequeños ponis que tenemos en casa, así que ya está acostumbrado”, contaba su madre, quien está muy orgullosa por el resultado del concurso. "Estoy muy orgullosa en estos momentos. No esperábamos que con tres años fuera a ganar, pero quién sabe lo que el futuro pueda deparar”.