Pep Guardiola comenzó el pasado mes de junio una nueva aventura profesional como entrenador del Bayern de Múnich. "Es un regalo que el Bayern haya pensado en mí y que yo pueda estar aquí", afirmó el barcelonés durante la rueda de prensa de presentación. También señaló que sentía una gran presión tras el triplete logrado en la temporada pasada por el equipo bávaro. "Soy consciente de la presión y estoy preparado para el desafío", declaró.
Anoche los resultados de estos meses de Guardiola como entrenador tuvieron su recompensa. El Bayern de Múnich se alzó con la victoria en el estreno de la liga alemana frente al Borussia Monchengladbach. "Me habían dicho que el Gladbach había tenido buenos resultados con el Bayern, por eso tranquiliza haber ganado”, dijo Guardiola. “En los primeros partidos necesitamos ante todo resultados para darle confianza al equipo", añadió.
En un día tan importante para el barcelonés no podía faltar en las gradas su familia. Su mujer, Cristina Serra, y su hijas María, de 12 años, y Valentina, de cinco, sufrieron y finalmente celebraron el triunfo del Bayern. A quien no vimos en el campo fue a su hijo Marius, de 10 años. La pequeña Valentina llevaba una camiseta del equipo alemán con su nombre grabado a la espalda, un detalle que seguro emocionó a Guardiola.
Cristina, a quien el barcelonés conoció cuando tenía tan solo 18 años, siempre ha estado al lado de su marido en sus retos profesionales. Tras vivir momentos históricos con el Barça, la familia se trasladó a vivir a Nueva York. "Me he desgastado, me he vaciado y necesito llenarme", aseguró Guardiola en su despedida del club blaugrana. Durante su estancia en la ciudad de los rascacielos, el barcelonés llevó una vida de lo más relajada. Salía a pasear con su mujer, llevaba a sus hijos al colegio... Ahora la familia se ha mudado a Múnich, donde Cristina encontró una casa ideal tras meses de búsqueda antes de la presentación de Guardiola como entrenador del equipo bávaro.