Estamos acostumbrados a verla luciendo impresionantes vestidos de los mejores diseñadores, sin embargo, Tamara Falcó no deja de sorprendernos. El pasado lunes la que es para muchos la más parecida a su madre de las tres hijas de Isabel Preysler, acudió a la fiesta de presentación de la primera colección de la Maison Schiaparelli, firmada por el diseñador Christian Lacroix y fue allí donde Tamara dejo claro cómo debe lucirse un traje de prêt-à-porter.
La hija de Isabel Preysler y el Marqués de Griñón eligió para la presentación de esta colección que homenajea a la excéntrica modista Elsa Schiaparelli, un precioso conjunto de la colección Burberry Prorsum Primavera - Verano 2013 compuesto por una falda de organza cubierta de lentejuelas bordadas y de un top peplum palabra de honor azul en satén.
La fiesta, a la que también acudieron otras caras conocidas como Rossy de Palma, Victoria Abril o el también diseñador Jean-Paul Gaultier, tuvo lugar en el Museo de las Artes Decorativas de París, en las inmediaciones del jardín de las Tullerías, escenario en el que se expusieron con mimo y delicadeza las dieciocho piezas que integran la creatividad de este gran maestro del diseño y la fantasía de Schiaparelli, figura de referencia del periodo de entreguerras.
Lacroix, que se ha tomado el encargo como si tuviera que vestir a la compañía que representa un espectáculo sobre ella, ha explotado la pasión que la modista fallecida en 1973 profesaba por integrar insectos y crustáceos en las prendas. Un tocado en forma de bogavante, un broche de libélula o una chaqueta cuya espalda se construye como caparazón de escarabajo, así ha plasmado el diseñador de Arles (Francia) esta afinidad.