Bajo una lluvia intermitente, pero llena de aplausos, Rafael Nadal se hizo con su octavo título consecutivo Conde de Godó, en Barcelona. En las gradas, decenas de personas vibraron con el triunfo del tenista que se impuso a Nicolás Almagro por 6-4 y 6-3. Con esta victoria, el mallorquín ha sumado el título número 54 de su carrera y el cuarto de esta temporada, después de subir al podium de Sao Paulo, Acapulco e Indian Wells, unos buenos resultados después de haber tenido que hacer un parón de cerca de siete meses por una lesión de rodilla.
Aunque en varios momentos del encuentro, el público tuvo que refugiarse bajo un paraguas no disminuyó la emoción con la que animaron a los contrincantes. La mayor fan de Nadal, su novia María Francisca Perelló, no se perdió ni un detalle de los golpes de su chico junto a la madre de este María Isabel. A falta de paraguas, ambas se refugiaron del incesante chispeo con un toalla. Los hijos de la infanta Cristina e Iñaki Udangarin, Juan, Pablo y Miguel, también se acercaron a la cancha, en esta ocasión con su abuela paterna Claire Liebaert.
Entre las caras conocidas que se pudieron ver en la capital catalana, estuvieron además el también tenista Juan Carlos Ferrero, el piloto Sete Gibernau y Ana Boyer, que se sentó junto a una amiga. El presidente del gobierno catalán, Artur Mas, el abogado Miquel Roca y ManoloSantana acudieron a esta cita ineludible con el deporte, en la que, una vez más, Nadal le dio un buen “mordisco” al premio.