Casi un mes después de que se hiciera público que había llegado a un acuerdo de divorcio con su exmujer, Paulina Rubio, Nicolás Vallejo-Nágera ha regresado a España para asistir a un compromiso profesional como embajador de la presentación de un nuevo modelo de coche, el Jaguar F-Type. El empresario aseguró que se encuentra “muy bien” y que “todos tenemos etapas”, añadió además que su exmujer y él tienen un hijo en común y que aún les quedan “muchas cosas que solucionar”. La custodia del pequeño Nico, como le llaman cariñosamente, es compartida y durante el proceso se han vivido algunos momentos tensos: “No he estado en ninguna guerra, cuando me han intentado separar de mi hijo me he defendido”.
Sobre las cosas que se han dicho durante el proceso, comentó: “Nunca imaginé que me iba a separar o divorciar. Me han sorprendido muchas cosas, no tanto de ella, sino de su entorno pero cada uno es como es”. Una de las cosas que más le han dolido a Nicolás durante los últimos meses han sido los comentarios que se han hecho sobre su capacidad como padre. “Lo que más daño me ha hecho es cuando hablan de mi papel como padre. Creo que soy un excelente padre. Mi hijo me adora y yo adoro a mi hijo”. Su actitud considera que ha sido la adecuada. “A la madre de mi hijo la he respetado siempre, no la he atacado en ningún momento, le tengo mucho cariño y admiración y siempre va a ser así”.
Con respecto a los términos del acuerdo que han alcanzado se ha limitado a asegurar que es “confidencial” y no ha querido confirmar cifras monetarias. Además dijo: “No sé si estoy divorciado, los asuntos de nuestro hijo no están finiquitados”. En su futuro se perfilan nuevos proyectos en Miami y también un nuevo amor, Alegría Beracasa, una modelo venezolana de 22 años que participó en el certamen Miss Venezuela. “Estoy conociendo a una nueva persona. Soy muy reacio al enamoramiento y me costará hacerlo, porque no lo he pasado nada bien. Pero debo decir que no estoy enamorado de Paulina. Alegría y yo nos estamos conociendo” aseguró.
La modelo tendría que compartir el corazón del empresario con el hijo de Nicolás. Padre e hijo son uña y carne y así lo demostraron en un parque de Miami, en el que jugaron hasta agotarse. Nicolás cogió al pequeño por las piernas para levantarle en el aire y trepó a un tobogán para tirarse. Durante unos minutos volvió a ser niño él también.