La vida de Carla Bruni ha dado muchas vueltas y su popularidad ha oscilado desde la pasarela al Elíseo pasando por una gran cantidad de escenarios. Modelo, cantante y Primera Dama, podemos afirmar que la vida de Carla Bruni ha cambiado de “registros” en numerosas ocasiones. Ahora y una vez, que ha dejado de ser la mano derecha de su marido en lo que a política se refiere, la esposa del expresidente francés Nicolás Sarkozy, ha decidido dedicarse a lo que más le gusta en la vida, la música.
Carla, quien parece haber vivido demasiados acontecimientos para una sola vida, presentó el pasado 13 de febrero, guitarra al hombro, su cuarto álbum, Little French Songs, en donde la ex Primera Dama ha querido rendir un homenaje a los grandes cantantes franceses.
El álbum, cuyo single Chez Keith et Anita ya ha comenzado a oírse, verá la luz el próximo mes de abril, y si todo va bien irá acompañado por una gira, que llevará a Carla Bruni ha lanzarse a la carretera durante el próximo otoño. La canción, cuyo vídeo acústico fue presentado por la cantante el mismo día en el que Nicolás Sarkozy celebraba su 58 cumpleaños, es un repaso de la historia de amor bohemia de Keith Richards (guitarrista de los Rolling Stones) y su novia Anita Pallenberg.
Su estilo, ahora que no está en el punto de mira de los medios de comunicación de medio mundo, sigue siendo el mismo, aunque son muchos los que aseguran que Bruni nunca volverá a hacer una canción de la calidad de Quelqu’un m’a dit, aunque eso sería predecir el futuro.
Pero lo verdaderamente interesante de esta nueva incursión de Carla Bruni en el terreno musical, será su gira, ya que después de dejar su carrera como cantante en un segundo plano para dedicarse a su papel de Primera Dama, la modelo volverá a los escenarios después de permanecer ausente de los mismos desde que se casó con Nicolás Sarkozy en 2008. Su primera actuación en el Casino de París.
Entre los títulos que abarca su disco, Little French Songs figuran Pour faire comme Gainsbourg, un himno al tabaco; Il m'appelait darling, un homenaje a su hermano Virginio, fallecido de sida en 2006; o una versión en italiano de Douce France, de Charles Trenet.
Pero de todos los títulos el que más expectación ha levantado ha sido el llamado Raymond, porque está dedicado a su marido. "Mi Raymond tiene todo bueno, es un valor auténtico, para pasar el Rubicón no se puede decir que dude", asegura en la canción la ex Primera Dama en referencia a Nicolás Sarkozy. "Mi Raymond está en el centro de toda situación crítica. Mi Raymond es el jefe, es el que dirige las cosas", prosigue.
Y es que para Carla, su vida familiar, es una de las cosas más importantes de su vida y su marido, uno de los pilares fundamentales de su vida. "Me gusta la vida en familia, hacer todos los días lo mismo, estar casada" declaraba Bruni en una publicación francesa.
La cantante, quien ha asegurado que nunca ha dado su opinión a Sarkozy sobre su política, ha logrado al lado del expresidente la estabilidad que tanto anhelaba. "Somos muy felices con nuestra nueva vida" asegura Carla. Y es tras salir del Elíseo, Bruni goza de una mayor intimidad, tanta que ha podido bautizar a la pequeña o celebrar su cumpleaños sin que esto se convirtiera en un asunto público.
Carla, quien hasta cambio de número de teléfono tras dejar atrás su papel de Primera Dama, admite el gran cambio que han sufrido sus vidas tras su etapa política. "Mi marido tiene una nueva vida que construye con entusiasmo y curiosidad" admite Bruni, aunque esto no es del todo real, pues Nicolás Sarkozy, tras 30 años de política, sigue, lo quiera o no, vinculado con ella, tanto que se ha comenzado a rumorear con que el expresidente vuelva a ser otra vez candidato en las elecciones de 2017. ¿Estará dispuesta Carla Bruni a ser de nuevo Primera Dama?